Esta vez no fue Moncloa la que intentó aplazar la reunión de la Audiencia de Madrid para decidir sobre la espinosa situación judicial de la esposa del presidente de gobierno. Tampoco fue una maniobra del Fiscal General del Estado, ni del ministro de Justicia, Félix Bolaños, que forman parte del grupo cada vez más amplio de los altos cargos dispuestos a dar la vida por el excelentísimo señor presidente. No. En esta ocasión ha sido una funcionaria del juzgado número 41 de Madrid, que dirige Juan Carlos Peinado. El juez que desde hace meses es la pieza a abatir por el equipo de Moncloa movilizado para descalificar a cualquiera que ose indagar en las andanzas profesionales de Begoña Gómez.

El juzgado no trasladó a la Audiencia provincial un recurso que llegó en el mes de julio, y del que ha tenido noticia esta misma mañana la audiencia madrileña, obligada a aplazar la vista hasta que llegue el recurso, para impedir así que se pida la anulación del procedimiento abierto a Begoña Gómez. Ya le gustaría a la esposa del presidente, a su abogado Antonio Camacho, al Fiscal General que enreda en ese sentido y a todo el mundo sanchista.

Estaba asentada la idea de que el recurso para que se archivara la causa abierta a la mujer del presidente iba a acabar en tablas. No se archivaba, tampoco se aceptaba en su totalidad, pero se limitarían los asuntos a analizar, quedando fuera el que se incorporó más tarde al procedimiento, relacionado con un software que un grupo de empresas donó a la Complutense gratuitamente, y que al parecer Begoña Gómez registró a su nombre para comercializarlo.

Jueces y fiscales contactados por esta periodista, coinciden milimétricamente sobre este asunto: no se trata de una maniobra de Moncloa para desarticularlo o dilatarlo, sino un fallo del juzgado 41 que no actuó con la suficiente diligencia. Segundo, no sería conforme a Derecho que se archivara, porque hay elementos suficientemente confusos para ser investigados. Aunque el abogado Camacho los llame "apariencias delictivas", el término que se debe utilizar son indicios… Y, por tanto, deben ser analizados. Por otra parte, en lo que atañe a poner límites a las nuevas actuaciones llegadas al juzgado tras los recursos presentados, lo habitual en Justicia es incluir en una misma instrucción todo aquello conectado o vinculado con un mismo caso, dejando como pieza separada todo lo se conoce durante una instrucción, pero no tiene relación directa con el caso que se juzga.

El gobierno utiliza resortes políticos para intentar salvar a la mujer del presidente, pero la Justicia, a pesar de las presiones, está empeñada, al menos en este caso, en actuar con la máxima cautela y sin saltarse la línea profesional a seguir.

A Begoña Gómez le esperan, por tanto, unas semanas más de incertidumbre, pero el juez Peinado no se aparta ni un milímetro de lo que considera su deber. Y cuanto más cuestiona su independencia, más se empeña en demostrar que nada condiciona sus decisiones.