Carlos Briones Llorente

Entre ciencias y letras

Carlos Briones Llorente


Los Premios Nobel de ciencia

20/10/2024

Durante la pasada semana, entre el lunes 7 y el miércoles 9, se comunicaron los nombres de los ganadores de los Premios Nobel en sus tres disciplinas científicas: Fisiología o Medicina, Física y Química. Como cada año, quienes trabajamos en distintos ámbitos de la ciencia y la tecnología (entre ellos investigación, divulgación, transferencia o docencia) y muchas otras personas hemos seguido con atención todo lo relativo a unos galardones que desde 1901 han reconocido gran parte de los avances producidos en estos campos. Gran parte, pero no todos… y además en ocasiones con demasiados años de retraso u 'olvidando' a algunas o algunos de quienes merecerían haberlo recibido. Por tanto, los Nobel de ciencia (como también ocurre con el de Literatura, el de la Paz o el de Economía) siempre van precedidos por predicciones y apuestas, y al conocer los ganadores suelen combinarse el reconocimiento, la sorpresa y la polémica.

Este año, los ganadores del Premio Nobel de Fisiología o Medicina han sido Victor Ambros y Gary Ruvkun por el descubrimiento de los microARNs. Dichas moléculas de ácido ribonucleico (ARN) de pequeño tamaño (de 19 a 22 nucleótidos) no son utilizadas por las células para producir proteínas (como ocurre con los ARN mensajeros o mARNs), sino para regular la expresión de ciertos genes codificados en dichos mARNs. Es decir, los microARNs actúan como interruptores para que se traduzcan determinadas proteínas, lo que puede tener consecuencias en el cáncer y otras enfermedades. Se trata, por tanto, de un hallazgo de la ciencia básica que tiene repercusiones directas en la medicina. 

Durante estos días se ha discutido mucho si la científica Rosalind Lee, esposa de Ambros y primera firmante de varios artículos clave en este descubrimiento desde 1993, debería haber sido también galardonada. Sin embargo, en general se asume que en las ciencias biomédicas es el último autor de las publicaciones y no el primero (independientemente del género de uno y otro) quien lidera los descubrimientos y ha de considerarse su autor intelectual. De hecho, la propia investigadora celebró este premio como un triunfo colectivo del grupo. Eso sí, a nadie se le escapa que las mujeres siempre han sido muy mal tratadas en los Nobel (aún más que en otros premios) y este caso ha recordado al de otra Rosalind, la química y cristalógrafa Franklin, que no fue considerada (y ni siquiera mencionada) en el Nobel de Medicina de 1962 concedido al descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN.

El Premio Nobel de Física, por su parte, ha recaído en John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton, por descubrir las bases que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales. Sus trabajos, inspirados en el funcionamiento del cerebro, constituyen la base de lo que hoy conocemos como 'inteligencia artificial' (IA). Curiosamente (o no), Hinton afirmaba hace unos meses que el uso de la IA para crear realidades alternativas supone un riesgo que ha de vigilarse muy de cerca. Aunque el mérito de estos dos investigadores es indiscutible, en la comunidad científica muchos consideran que sus hallazgos pertenecen más al campo de la computación o las matemáticas que al de la física.

El tercero de los Nobel en disciplinas científicas, el de Química, se ha dividido en dos partes. La mitad del galardón ha correspondido a David Baker por diseñar proteínas artificiales utilizando una aproximación computacional, lo que permite disponer de funciones catalíticas que no existen en la naturaleza. La otra mitad se ha concedido a Demis Hassabis y John M. Jumper por del desarrollo de AlphaFold2, un algoritmo basado en IA (de la empresa Google DeepMind) que ha permitido predecir la estructura de los 200 millones de proteínas conocidas a partir de su secuencia. Sería imposible haber logrado algo así mediante una aproximación experimental, sin duda. Por tanto, el año 2024 será recordado porque la IA ha estado directamente relacionada con dos de los tres Nobel de ciencia.

En conjunto, los científicos premiados en esta ocasión han sido 7 hombres y 0 mujeres. Una vez más, ellas han resultado invisibles para el Comité Nobel. Las cifras que siguen acumulándose desde el comienzo de estos galardones, hace 124 años, son elocuentes: en Fisiología o Medicina lo han ganado 13 mujeres de un total de 227 premiados, en Física la relación es de 5/220 y en Química son 8/194. El porcentaje total de mujeres premiadas con los Nobel científicos resulta ínfimo: tan sólo un 4%. Lógicamente, esa cifra no representa en absoluto la realidad de los laboratorios en el mundo (antes y ahora), la valía de las investigadoras, ni el número de descubrimientos trascendentales en los que ellas han sido protagonistas. Y esto, señores, es vergonzoso.