Para el grueso de los agricultores que se reunieron ayer en la sede de Asaja, la proliferación de conejos que sufre la provincia, especialmente a lo largo del corredor de la A-62, es un problema que no les deja dormir por la noche. Más de una veintena de municipios ven cómo cada año las colonias de estos animales salvajes crecen sin control alguno al calor de la autovía, la línea de alta velocidad o los cotos.
Estas infraestructuras -y sus zonas aledañas- son propiedad del Ministerio de Transportes, mientras que la competencia en materia de caza la ostenta la Junta de Castilla y León. A estas dos administraciones públicas reclamará la organización agraria una mayor implicación para apaciguar la avalancha de conejos que sufren las fincas de este enclave burgalés. Al Gobierno le exigirán que trabaje más a conciencia en la eliminación de las manadas de estos animales, mientras que al ente regional que flexibilice la concesión de permisos extraordinarios para cazar fuera de temporada.
Además, pedirán la convocatoria de la mesa por daños de conejos, que antaño se celebraba en Valladolid con la participación de representantes de Carreteras, Adif, la Subdelegación, la Junta y las organizaciones agrarias. «Queremos que se declare la emergencia cinegética para que se puedan emplear productos químicos», explica Martínez. El presidente provincial de Asaja aboga por esta medida para salvaguardar las zonas infestadas de conejos y en las que no está permitido cazarlos -como los márgenes de la autovía o la vía del tren-.
En esa misma línea, enviarán un escrito a los propietarios de los cotos cinegéticos para recordarles el acuciante problema contra el que luchan los agricultores burgaleses. Si estos no actúan como deben, es decir, controlan la población de conejos para que no afecte a los rendimientos agrícolas, desde Asaja Burgos anuncian que emprenderán acciones legales. «Están ejerciendo una dejación de funciones que no vamos a permitirles», asegura. El sindicato calcula que cada año se producen pérdidas de 3 millones de euros.
«En Los Balbases, con 6.000 hectáreas, hay por lo menos 2.000 con daños. Y cada vez vamos a más. El campo se está volviendo insostenible», alerta Martínez, que no dudará en pelear para que tanto las administraciones públicas implicadas como los cotos abonen el coste de los perjuicios que causan los conejos.
En paralelo, desde Asaja califican de «indignante» la «persecución» que a su juicio están ejerciendo desde la Delegación de Medio Ambiente contra los agricultores que combaten -previa solicitud- a los animales los fines de semana. «Más bien tendrían que poner los medios suficientes», sentencian.