La base de la Arandina CF atraviesa el momento más crítico de su historia, tras la polémica decisión del club de suspender el servicio de autobús que trasladaba a los jugadores a sus partidos fuera de casa. El conflicto ha provocado las incomparecencias de varios equipos, la indignación de los padres y el riesgo real de que varios conjuntos del fútbol base sean expulsados de sus respectivas competiciones.
Como consecuencia directa, el pasado fin de semana, el Infantil B no se presentó a su partido frente al San Felices en Burgos, al igual que el Alevín A ante la Deportiva C y el Alevín C tampoco lo hizo frente al CD Alfoz de Quintadueñas B. Mientras tanto, otros conjuntos sí acudieron a sus compromisos, aunque también se vieron muy mermados. El Juvenil A, que milita en Primera Regional, cayó por 10-0 frente al Colegio Diocesano B, y el Juvenil B de Primera Provincial perdió 4-0 frente a la Deportiva CF. El único triunfo a domicilio lo consiguió el Prebenjamín A, que venció 1-3 al CDB Condado de Castilla.
Los equipos que jugaron como locales en el Juan Carlos Higuero fueron: Prebenjamín B, Benjamín A, Alevín B, Infantil A y los Cadetes A y B, quienes pudieron disputar sus partidos sin problema. No así el Cadete C y el Benjamín B, que descansaban esta jornada, pero afrontarán el mismo problema para la próxima semana. El Alevín B, que ya no se presentó ante el Casco Viejo, tiene programado un partido la próxima jornada en Burgos frente al CD Capiscol.
Si no se encuentra solución y vuelven a no presentarse, el equipo sería excluido, ya que según el Código Disciplinario de la Real Federación de Castilla y León, una primera incomparecencia implica una sanción de 600 euros, otra puñalada añadida a las maltrechas arcas ribereñas, la pérdida del partido por 3-0 y la deducción de tres puntos. Pero una segunda incomparecencia, dentro de la misma temporada, acarrea directamente la expulsión de la competición y restricciones para participar en años posteriores.
Por ello, la continuidad de varios equipos del fútbol base está en el aire, y la Arandina podría ver cómo su cantera se desintegra progresivamente. Los próximos días se antojan clave para que el club recule u ofrezca alternativas viables a las familias.