Selfie. The Chainsmokers.
Cuentan que Rafael el Gallo, al ser informado de las actividades a las que se dedicaba Ortega y Gasset, a saber la filosofía, exclamó: «Hay gente pa' tó». Pobrecito. Si llega a vivir en nuestro días se hubiera quedado ojiplático, y hubiera exclamado: «Hay días pa' tó». Y es que desde unos años a esta parte, no hay actividad humana que no tenga su día mundial de…
Algunos de estos días los eligen o deciden organismos muy sesudos como Unicef, ONU o FAO. Otros se deciden por iniciativa popular, por grupos de aficionados, por entusiastas de determinas aficiones o por frikis con gustos por algo concreto.
Tenemos el día mundial del abrazo, el día de llevar la mascota al trabajo, el de responder a las preguntas de tu gato, el del inodoro o el día de saltarse la dieta.
Y claro, con el aumento vertiginoso del parque de teléfonos móviles y nuestra afición a fotografiar todo lo que se menea, era inevitable que alguien se decidiera a dedicar un día del año a los selfis.
Sí, hablo de los selfis, esos modernos autorretratos con forma de fotos que todos y todas nos acabamos haciendo en todos los viajes, y que nos inmortalizan con un careto que parece que nos acaban de dar una mala noticia o un susto morrocotudo.
Pero claro, hay muchos tipos de selfi, y a alguien se le ocurrió que en el tercer miércoles de los meses de enero de los años venideros, debería celebrase, de manera exclusiva, el día del selfi en los museos.
Y mira por donde, no me parece tan descabellada la idea. Esa mezcla de tradición que emana de los museos, guardianes y garantes de la cultura y el arte, unida a la modernidad que suponen los smartphones de alta gama que usa casi todo el mundo, se me antoja un ejemplo de lo que debiera ser la convivencia, respetando y poniendo en valor el pasado a la vez que utilizamos las ultimas tecnologías.
Así que hoy, día mundial del selfi en los museos, recomiendo moverse y hacerse un autorretrato en algún museo, que un poco de cultura ayuda a vivir.