La CHD sanciona a Pascual por vertidos de su granja de vacas

I.M.L. / Aranda
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La denuncia partió del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta por acumulación de residuos que podían contaminar las aguas subterráneas. La multa asciende a 4.000 euros

La granja de Pascual en Fuentespina es una de las primeras instalaciones ganaderas de la compañía. - Foto: Ricardo Ordóñez (ICAL)

La vigilancia a las industrias en general, y de las explotaciones ganaderas en particular, asegura que su funcionamiento no afecta al entorno en el que se ubican y, de detectarse alguna irregularidad, son el medio para poder poner freno a las mismas. Después de una larga tramitación, de más de medio año, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha concluido el expediente sancionador abierto contra la granja de vacuno que Pascual mantiene en el término municipal de Fuentespina por unos vertidos no autorizados.

La denuncia partió en junio de 2023 del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta, al detectarse una acumulación de residuos sin autorización provenientes de los purines de las vacas y los líquidos residuales que generan por un almacenado incorrecto, que estarían suponiendo un peligro para las aguas subterráneas. Una vez comprobados los hechos, y sin que la empresa presentase alegación alguna en el plazo legal establecido, el expediente se resolvió con una multa de 4.000 euros además de requerir a la compañía a que acometa «las actuaciones necesarias para retirar los restos contaminantes y asegurar que, en ningún caso, vuelvan a producirse vertidos de purines y lixiviados al terreno».

Las irregularidades se consideraron por parte de la CHD como una  infracción administrativa leve, por lo que, además de las sanciones, se pide a Pascual Agropecuario, nombre la empresa responsable de la granja, para que cumpla el Código de Buenas Prácticas Agrarias. Según la resolución definitiva, la sanción viene a multar unos vertidos que, siguiendo la Ley de Aguas, podrían estar deteriorando la calidad del agua subterránea en la zona, así como las condiciones de desagüe del cauce preceptor, que en este caso es el río Duero, debido a que se están realizando sin contar con la autorización correspondiente.

Estas instalaciones, que son parte del germen de la compañía agroalimentaria hace más de medio siglo, cuentan con espacio para unas 350 vacas y forman parte de la primera empresa de España en la que todas sus explotaciones, incluida esta, están certificadas con la distinción Bienestar Animal AENOR. De hecho, esta granja tiene carácter experimental para poner en prácticas la introducción de técnicas digitales o de cuidado y crianza de los animales para garantizar su bienestar, como medio para conseguir aumentar la calidad del producto final.