Los Machado. Retrato de familia. Este es el título (todo un guiño a uno de los poemas más hermosos jamás escritos) de la exposición que el rey Felipe VI inaugura hoy en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla. Una muestra histórica por cuanto constituye algo histórico el hecho de que comparezca, reunido, el más inmenso legado de los dos Machados por antonomasia, Antonio y Manuel, Manuel y Antonio, porque ninguno puede entenderse sin el otro y viceversa. Histórica porque en la exposición, que también se podrá ver en Madrid y, por supuesto, en Burgos, exhibirá obras inéditas, fotografías, cartas personales, manuscritos, primeras ediciones de libros y objetos personales hasta completar un total de 200 piezas que son las que forman parte de esta colección reunida en la ciudad que vio nacer a ambos poetas y dramaturgos.
Burgos tiene un papel esencial en esta muestra: parte de lo que se va a ver forma parte del formidable Fondo Machadiano que atesora y conserva la Institución Fernán González, y que no es otra cosa que el legado de Manuel Machado, el hermanísimo de Antonio. Y que es una joya de principio a fin; una pieza esencial para la historia de la poesía española y universal. A la cabeza de esta exposición, que se completa, claro, con el fondo documental de la Fundación Unicaja -sede oficial del legado machadiano- y de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, está Alfonso Guerra, uno de los más grande expertos en la obra de Antonio, el gran poeta de España.
La aportación 'burgalesa' es valiosísima: el manuscrito de La tierra de Alvargonzález, con sus 22 páginas perfectamente numeradas. Siendo mozo Alvargonzález,/ dueño de mediana hacienda,/ que en otras tierras se dice/ bienestar y aquí, opulencia,/ en la feria de Berlanga/ prendóse de una doncella,/ y la tomó por mujer/ al año de conocerla... El romanceado poema, que tiene valor por sí mismo al tratarse de una pieza especial (que el poeta llegaría a publicar de forma independiente), forma parte de otra de las joyas que atesora el fondo burgalés de los Machado: nada menos que los poemas de Campos de Castilla, acaso uno de los libros más importantes del escritor andaluz tanto desde el punto de vista literario como personal, toda vez que fue escrito desde Soria, el lugar que tanto marcó al vate en todos los sentidos. De su etapa segoviana custodia la Fernán González varias hojas sueltas de las famosas Canciones a Guiomar.
Asimismo, en varios cuadernos se recogen apuntes de Antonio para su Juan de Mairena. Se trata de escritos filosóficos, de manuscritos de borradores en los que el poeta estampa su caligrafía de forma desordenada -aparecen textos escritos del revés, al dorso, en los márgenes, e incluso es visible el rastro de numerosas hojas arrancadas-. Todas las hojas y cuadernos con poemas y apuntes superan el medio millar. Es una colección fascinante, que se completa con testimonios gráficos poco o nada conocidos de los Machado (como una en la que aparecen retratados con Miguel y José Antonio Primo de Rivera tras el exitoso estreno de la obra de teatro La Lola se va a los puertos), así como un álbum familiar en el que aparecen retratados todos los antepasados de la ilustre familia de poetas.
La muestra se podrá visitar enSevilla hasta el 21 de diciembre y no responde sino a la puesta en valor «del acervo cultural e intelectual de la saga de la familia Machado plasmada en los miembros de tres generaciones», en palabras de José Manuel Domínguez Martínez, presidente de la Fundación Unicaja.Se trata, en suma, de una ambiciosa exhibición que mostrará una visión holística del universo machadiano. Ese en el que se conjugan la pasión por la cultura y la creación.