Más tensión en la Policía Local de Miranda por una grabadora

ARSENIO BESGA / Miranda de Ebro
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Los agentes han encontrado el equipo sobre el marco de la puerta de su despacho. Desde ahí podría captar «conversaciones personales» o «secretos» porque está «a dos metros» de la zona de trabajo

Imagen de la puerta del despacho con la grabadora (arriba a la derecha). - Foto: DB

El tenso clima que existe en la Policía Local de Miranda, con un conflicto abierto entre el mando y buena parte de la plantilla, ha dado un nuevo giro. Según explican fuentes sindicales, los agentes que estaban de servicio el pasado domingo, 5 de enero, acudieron a la sede y comenzaron a desarrollar sus funciones. Sin embargo, cuando se encontraban en mitad de la jornada, un objeto llamó su atención.

Los representantes de estos trabajadores relatan que se toparon con «una grabadora» con la batería agotada que estaba situada «sobre el marco de la puerta de la Jefatura», dentro del habitáculo pero «tras un cristal de dos milímetros» por lo que, de haber estado encendida, la máquina habría podido captar el sonido de fuera de esa estancia.

Conforme a la descripción de los propios policías locales de Miranda, la entrada del despacho de Jefatura se encuentra a solo «dos metros del recibidor, donde la plantilla trabaja, atiende al público, se reúne y habla».Es decir, el aparato estaba colocado en lugar desde donde podría almacenar «conversaciones personales y privadas» o directamente «secretos» de los trabajadores sin su permiso, algo que «sería un delito». Los empleados municipales ahondan en la idea de que se trata de un lugar extraño para dejar esta máquina, puesto que «el despacho tiene unos cinco metros de largo, por lo que la grabadora está más lejos de la mesa del jefe que de la zona donde trabajan los agentes».

La sorpresa en la plantilla al encontrar este dispositivo ha sido mayúscula, sobre todo, porque sus representantes sindicales aseguran que «ni siquiera los más veteranos» sabían que hubiera grabadoras en la sede. Sobre ello, relatan que «nadie tiene constancia» de que dispongan de este tipo de aparatos «para uso policial», ya que «incluso en cosas graves, para tomar declaración de implicados, no se utiliza».

Por tanto, la duda que plantean estos empleados del Ayuntamiento de Miranda es que «si no se utiliza con fines policiales, para qué se utiliza, ¿se está grabando a la población o a los trabajadores?».

Ningún trabajador tiene «constancia» de que el cuerpo posea este aparato «para uso policial»


Los representantes sindicales aseguran que ya han presentado un «escrito solicitando saber cuándo se ha adquirido esta grabadora y con qué fin», aunque no descartan que se trate de un aparato «personal» de un mando «y todavía pintaría menos en la sede policial». La decisión de llevar al Ayuntamiento un documento formal con estas preguntas ha llegado después de que, por una parte, «el concejal de Seguridad Ciudadana no cogiera el teléfono el domingo cuando se le intentó trasladar la situación» y de que, por otro lado, el lunes se toparan con el representante político, pero este se limitara a decir «que ya tenía conocimiento sobre ello».

Y es que, siempre conforme a la descripción de las mismas fuentes sindicales de la Policía Local, las altas esferas de este departamento municipal han actuado, tras destaparse esta realidad, como si ese fuera el lugar natural de la grabadora. En este sentido, desde la plantilla apuntan que algunos de los mandos «llegaron para la cabalgata de Reyes el domingo 5», después de que los agentes se percataran de que la máquina estaba allí, «e hicieron como que la habían dejado» sobre el marco de la puerta «porque no tenía batería». Es más, los empleados relatan que, incluso tras las quejas manifestadas, han vuelto a dejar la máquina en el mismo emplazamiento.

En la Policía Local creen que «si la gente ya iba al trabajo con miedo y tensión, saber que les pueden estar grabando sus conversaciones privadas reaviva el temor y el malestar». A modo de ejemplo, describen «los trabajadores que encontraron la grabadora contactaron con los representantes sindicales porque tenían hasta miedo a posibles represalias», pues aseguran que «otros agentes ya están viviendo repercusiones» y todos lidian «con el mal ambiente» a causa de los constantes roces con Jefatura.