Nuevo porteador para nuevo muñeco

I.L.H. / Burgos
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José Alberto Gómez Sainz lleva 5 años como ayudante del que maneja al gigantón indio. Con la incorporación de las figuras de cartón piedra de la reina Berenguela y Diego Porcelos, pasa a ser titular.

Nuevo porteador para nuevo muñeco - Foto: Iván López

Si por él fuera elegiría ser porteador de doña Berenguela, la reina de Castilla que este año se estrena como muñeco de altura. La escogería por el hecho de estar de estreno, al ser uno de los gigantones que se incorporan a las fiestas, pero sobre todo por tratarse de la madre de Fernando III El Santo y contar en su currículum con haber conseguido unir los reinos de Castilla yLeón, una mujer cuya historia le hace sentir orgullo.

Pero no es algo que José Alberto Gómez Sainz pueda decidir. Tienen prioridad para escoger a los nuevos muñecos los titulares del resto de gigantones, si quisieran cambiar. Si no es posible estar bajo las faldas de Berenguela o Diego Porcelos, José Alberto ocupará la plaza que queda vacante como titular. Porque lo que es seguro es que para él empieza una nueva etapa. Ese es el paso que va a dar este año definitivamente. Lleva un lustro como ayudante del gigantón indio y con las nuevas incorporaciones le toca ser cabeza visible de uno de los muñecos, sea el que sea. 

Bajo las faldas de alguno de ellos paseará por el Espolón y el centro histórico. El paseo tiene sus peculiaridades para los gigantones, por los plátanos que lo conforman. En los cinco años que lleva como porteador asegura no haber tenido ningún percance, aunque amenazas ha habido muchas: «Siempre están ahí los bordillos, las ramas del Espolón que son problemáticas porque rozan con las cabezas, la posibilidad de que se cruce alguien por delante o cualquier tropezón. No dejan de ser casi 80 kilos y tener el centro de gravedad muy alto. Si me toca llevar a los nuevos estará la gente aún más pendiente y eso supone cierta responsabilidad».

El Espolón es también el punto de arranque y el de llegada de cualquier desfile porque en los bajos del Principal se custodian estas figuras el resto del año, expuestas en la denominada Casa de los Gigantillos. Esta es una parada obligatoria para todos los niños de la ciudad. O para casi todos. Porque José Alberto, de haber contado con este espacio en su infancia, quizá no habría pasado por allí por curioso que parezca. Como también lo es el modo en que llegó a ponerse debajo de los hierros: «La mayoría de mis compañeros, por no decir todos, han heredado el puesto de sus padres o familiares. No es ese mi caso, precisamente. No tenía ningún vínculo. ¡Igual hasta soy el único niño de Burgos que no tiene una foto con los gigantillos! Y nunca fui expresamente a verlos bailar... No por nada, pero no fui de pequeño. A ponerme bajo los hierros llegué por un compañero de trabajo de mi hermana, que era el porteador del indio y buscaba un relevo para su hijo -que entonces trabajaba en Madrid-. Así entré con 20 años».

Sus funciones como ayudante son similares al titular: «Nos vamos alternando y así te cansas la mitad», afirma. «Hacemos trayectos de 200 metros y descansamos. Caminar más tiempo sería incómodo y pesado. En cada parada es donde vamos cambiando. Y luego a quien más le apetece, lo baila», explica. Hay que recordar que los gigantones que representan las culturas del mundo (indios, asiáticos y africanos) también giran, mientras que los Reyes Católicos, la pareja cidiana y la de Berenguela y Diego Porcelos que se estrenan este año solo desfilan. 

Después de cinco años bajo las faldas de los gigantones, José Alberto no entiende los Sampedros de otra forma: «Estoy encantado. Es verdad que al principio sentía que me perdía otras cosas, pero es más lo que sumas que lo que restas», afirma un ex miembro de Los Gamones con los que compartía las fiestas. «Esta es otra forma de vivirlas desde dentro», añade.

la primera mujer. Como porteador, José Alberto es miembro de la Asociación Cultural Gigantillos y Gigantones de Burgos, formada por 16 socios de pleno derecho y los ayudantes.

Hasta ahora eran todos varones.Pero este año se ha incorporado Silvia García, que está aprendiendo el oficio junto a su padre, el porteador de la gigantilla. «Tiene 17 años y de lo que se trata es de que vaya cogiendo confianza y soltura», afirma el progenitor. La joven ya se ha puesto debajo de las faldas de la muchacha y ha hecho tiradas para probar en el Curpillos. Estas serán, como para los gigantones Berenguela y Porcelos y José Alberto Gómez como porteador, unos Sampedros señalados.