Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


No hay papel

09/10/2023

La noticia chusca de la semana nos ha llegado esta vez de Miranda de Ebro, cuyo ayuntamiento excelentísimo daba aviso hace unos días a los colegios públicos de la ciudad de que, por andar el municipio corto de peculio, se había adoptado la dolorosa decisión de dejar de suministrar papel higiénico a los centros escolares, aun a riesgo de la dramática relajación de los estándares de aseo que la tal medida podría acarrear. Algunos colegios, encontrándose sin existencias, se vieron en el trance de solicitar a padres y madres que, para evitar desagradables apuros, se sirvieran entregar cada trimestre a sus retoños un rollo de papel, ya fuera este liso o con dibujos de mascotas, simple o de doble hoja, no fuese a ocurrir que, por pura imprevisión, los apuntes de lengua, o incluso el libro de ejercicios de inglés, hubieran de verse abocados a un ignominioso destino.

El asunto no ha llegado a mayores porque los papás y las mamás mirandeses han puesto el grito en el cielo en las redes sociales, moderno recurso de amparo que a uno le mueve a recordar a aquella viuda desvalida que acudía a Vito Corleone porque su codicioso casero se había empecinado en echarla de casa. Una vez que el conflicto hubo recorrido España saltando de un móvil a otro, como aquella ardilla de la que hablaba Estrabón, el equipo de gobierno se ha hecho el sorprendido, apresurándose a garantizar que seguirá surtiendo de papel de baño a los colegios, pues no faltaba más, aun matizando, y con razón, que este tipo de gasto debería correr a cargo de la Junta de Castilla y León.

Como han apuntado algunas familias, lo de menos en toda esta bochornosa historia son los dichosos rollos que, si no hubiese quedado más remedio, habrían de haber aportado al colegio donde se forma su progenie. Lo realmente indignante es que este tipo de penurias haya de sufrirlas siempre el sistema educativo público, como si, en lugar de un servicio primordial, se considerase un incordio absurdo en el que no merece la pena gastar un céntimo de más. Imaginen por un momento la que se formaría si la Administración autonómica decidiese interrumpir el abasto de papel higiénico a nuestras Cortes regionales, con lo pulcras que han sido siempre sus señorías.