La puesta en marcha de las juntas de distrito que gestionarán los problemas y necesidades de los barrios en el nuevo ciclo político aún tendrá que esperar. El vicealcalde de Burgos, Fernando Martínez-Acitores, reconoce que no se podrá cumplir el plazo marcado el pasado mes de septiembre mientras se buscan soluciones para que estos órganos puedan agilizar sus trámites.
Estas circunstancias son, precisamente, los principales caballos de batalla a superar por los responsables municipales en las próximas semanas . Tanto el actual bipartito como el PSOE, por experiencia propia a lo largo de los últimos cuatro años, destacan la importancia de dotar a los presidentes de las cinco divisiones territoriales (Norte-Centro, Sur, Este, Oeste y Periférico) de la capacidad ejecutiva necesaria para que las propuestas tratadas en los encuentros con los vecinos y los proyectos impulsados en esas reuniones puedan traducirse en realidades de una manera más 'sencilla' y, sobre todo, eficaz.
Sin embargo, el vicealcalde de la ciudad y concejal responsable de esta área, Fernando Martínez-Acitores, asume la dificultad encontrada en los primeros movimientos realizados para encajar jurídicamente un planteamiento que se considera muy importante desde una perspectiva estratégica.
Las políticas de proximidad y la desconcentración de funciones son dos premisas prioritarias establecidas en la Ley de Grandes Ciudades. Sin embargo, las competencias de sus órganos representativos y participativos son limitadas y el margen de maniobra es pequeño. Después de tres años con una ejecución mínima de la partida total –fijada en el 1% del presupuesto municipal- el Ayuntamiento insiste en buscar soluciones para dotar de mayor capacidad a los presidentes de cada zona, una medida también avalada por el PSOE.
El exalcalde y actual portavoz de la oposición, Daniel de la Rosa, aboga por modificar el Reglamento de Organización y Funcionamiento de los Distritos Municipales, pero el vicealcalde insiste en que no será sencillo realizar cambios más allá de eliminar de forma oficial el distrito Industrial, el cual fue aprobado en 2020 y nunca llegó a constituirse.
«Tras las primeras consultas ya vimos que no era nada sencillo desde un punto de vista jurídico. Hay que dar una vuelta al asunto y en ello se pondrán los técnicos de acuerdo con la Secretaría del Ayuntamiento. Va a ser complicado, pero lo intentaremos», reconoce Martínez-Acitores, quien ya gira la mirada hacia otras alternativas intermedias para agilizar las diligencias.
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