La hija de la Caridad Gloria Varona es natural de Huérmeces, pero asegura que el corazón lo tiene en la República de Chad, en África Central, donde dedicó 22 años a desarrollar iniciativas educativas, sanitarias y de pastoral. Ha vuelto a España por motivos de salud, pero no oculta que si tiene ocasión de regresar, lo hará. Lo mismo que Ricardo García, quien pisó Perú por primera vez en 1997 y, desde entonces, ha aprovechado cualquier oportunidad para volver. "Ahora, a finales de mes, podré hacerlo, con destino en la Selva Baja, Atalaya, donde me haré cargo de Cáritas, que trabaja con comunidades nativas. Y a través de la música y del deporte, intentaremos trabajar con la gente de allí", ha dicho este sacerdote burgalés, que llevaba años en Pancorbo y al frente de Cáritas Miranda, entre otras cosas. Pero la Misión llama y estos dos religiosos son ejemplo de ello. De ahí que se haya contado con su testimonio para pedir a los burgaleses un donativo con motivo del Día del Domund, que se celebra este domingo, 20 de octubre.
La delegada para las Misiones en la Archidiócesis, Maite Domínguez, ha recordado que el Domund es una iniciativa decimonónica, promovida en 1822 por una joven francesa y laica, Pauline Jaricot, que diseñó "la primera red social misionera" al encomendar a diez mujeres que buscaran a otras diez para rezar y recaudar fondos para las Misiones. La red se extendió y en 1922 la asumió el Papa como actividad pontificia y como cauce de sostenimiento ordinario de la Misión de la Iglesia en los territorios en los que tiene implantación, que se reparten por los cinco continentes. Burgos, de hecho, aporta 482 misioneros: 333 en América del Sur, 80 en Europa, 48 en África, 19 en Asia y 2 en Oceanía, según datos oficiales del Arzobispado.
La cifra se ha reducido en estos últimos años, a pesar de que tanto García como Varona, han señalado que "la misión es necesaria y actual" y también la aportación de los burgaleses al Domund, que el año pasado sumó 156.575 euros. "Se redujo en toda España", ha dicho Domínguez, subrayando que, sin embargo, esta es la manera de "ayudar" a todas las diócesis misioneras a la vez. En la mayor parte de los casos, para el desarrollo de proyectos relacionados con temas educativos y sanitarios y, también generalmente, con niños, jóvenes y mujeres como principales beneficiarios.
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