Las movilizaciones vecinales contra los aparcamientos en altura previstos en la calle María Amigo, frente al parque Buenavista, y en la zona del bulevar del ferrocarril, junto a un colegio y una escuela infantil, evidencian medio siglo de desencuentros entre los regidores que tratan de imponer sus criterios en asuntos de tráfico, y los que se oponen a tener junto a sus casas o colegios estos 'almacenes de coches'. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burgos defiende que, además de paliar el problema de las plazas de aparcamiento, construir en superficie varias plantas para guardar vehículos sale más barato que hacerlo bajo tierra, lo que redundará en unas tarifas más asequibles para residentes y demás usuarios. Desde las plataformas vecinales se quejan de que nuestros gobernantes se niegan a escuchar unos argumentos que demuestran que estas infraestructuras, además de innecesarias, incrementarán el tráfico y crearán nuevos problemas de seguridad y de salud.
En altura o subterráneos la historia de los aparcamientos en Burgos recoge muchos capítulos de quejas, controversias y conflictos. En diciembre se cumplirán 50 años de la entrada en servicio en la Plaza Mayor del primer aparcamiento de pago, público y subterráneo construido en la ciudad. Ampliado hace 20 años, desde el principio no estuvo exento de polémicas por los perjuicios que las obras ocasionaron a negocios y vecinos a los que el Ayuntamiento impuso unas contribuciones especiales para hacer frente a los gastos de reurbanización de la plaza. Como gesto de buena voluntad la empresa concesionaria, 'en atención a las molestias causadas', decidió el uso gratuito del párking en su primera semana de funcionamiento. Los burgaleses no vieron con buenos ojos tener que pagar por estacionar el coche (15 pesetas la primera hora y 125 por un día). Lo de pagar por el coche siguió en 1981 con el aparcamiento en superficie del solar de Caballería y en 1985 con la implantación de la ORA.
El de La Flora, en los años noventa, o el párking que finalmente pudo hacerse en la plaza Virgen del Manzano, ya en este siglo, son otros ejemplos de polémicas y controversias, a los que sumo otros proyectos fallidos por su rechazo vecinal, como el que estaba previsto en San Agustín, o en los que se intentaron construir, con batallas campales de por medio, en Eladio Perlado y en el bulevar nonato de la calle de Vitoria en Gamonal. Mucho desencuentro.