A menos de un mes de la inauguración de Eucharistia ya luce con todo su esplendor en su ubicación primigenia del presbiterio el altar mayor de la iglesia de Santa María de Aranda . El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, presentó ayer esta actuación una vez finalizada la restauración de esta joya artística del primer cuarto del siglo XVII por parte de la Consejería de Cultura y Turismo.
La intervención, en la que se han invertido 242.000 euros, ha devuelto la belleza, la luminosidad y la estructura original al retablo y ha posibilitado su reubicación en el lugar que ocupó hasta que en 1962 se trasladó al lateral sur para recuperar el aspecto original del ábside fruto de las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II. Un cambio que, como evidenció Saiz, conllevó su «mutilación» pues la pieza era cóncava originalmente y se modificó la planta y se estrechó para adaptarlo al paño recto.
El proceso ha durado siete meses y lo ha llevado a cabo la empresa Arte Valladolid bajo la supervisión técnica de Juan Carlos Martín, del Centro de Restauración de Simancas, quien puso de manifiesto la complejidad que ha revestido el trabajo para, con el estudio de fotografías y sobre las propias piezas, determinar cuáles eran las dimensiones correctas. Asimismo se han restituido las piezas que habían sido segregados del conjunto y se han reconstruido algunos elementos decorativos de la predela que habían desaparecido.
Saiz subrayó que el retablo «ha quedado soberbio» y luce muchísimo más y evidenció que aunque no es el original -sustituyó a otro calcinado en 1601-, tras esta intervención va a haber un antes y un después porque «cobra muchísima fuerza y transforma la arquitectura de toda la iglesia».
El director general puso especial énfasis en que esta actuación es un ejemplo de lo que se pretende que supongan también Las Edades del Hombre para los lugares que las acogen, que es dejar huella en cuanto a la recuperación del patrimonio local. Y vino a sugerir que si la restauración de las sedes de Santa María y San Juan entraba dentro de lo previsto, el retablo había sido una especie de regalo que confió en que contribuya también a recuperar la vertiente emocional del patrimonio «que es esa parte inmaterial que se recupera cuando uno vuelve a ver el escenario en el que ocurrieron momentos importantes hace 50 años o más»..
Paralelamente se ha intervenido en las yeserías góticas de la escalera de acceso al coro y en el tramo gemelo existente en el muro sur, donde la humedad, el paso del tiempo y el uso habían hecho mella y presentaban una erosión generalizada de la capa superior de acabado, fisuras y grietas, pérdidas de material y acumulación de suciedad, que le otorgaban un velo grisáceo.
Saiz destacó que con esta actuación, un compromiso personal de Juan Vicente Herrera que ha conllevado también la limpieza de paramentos interiores y la intervención en las bóvedas para la reparación de humedades y el rejuntado de grietas y ha elevado a algo más de 500.000 euros la inversión en esta última fase, se cosuma la restauración integral del templo al que en el exterior ya se destinó más de otro millón de euros.
CONVENIO
Precisamente ayer se firmó un convenio entre La Fundación Las Edades del Hombre, el Ayuntamiento, la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social La Caixa, por el que estas dos entidades aportarán conjuntamente con 50.000 euros para financiar el proyecto educativo diseñado en torno a la muestra. Una iniciativa con un presupuesto total de 200.000 euros por la que los 300.000 escolares y profesores de la Comunidad Autónoma podrán acceder gratuitamente, Además se han preparado conferencias, guías infantiles y fichas didácticas para que los colegios de la provincia trabajen sobre la muestra y organicen visitas.