Durante meses los camiones avanzaban desde lo alto de la colina para dejarse caer en la llanura donde se ubica la urbanización de Los Corrales.El avance de los vehículos cargados desde las graveras provocaba un ruido casi constante que, pese la limitación municipal inicial, volvió a retomarse en septiembre por la entrega autorizaciones a algunos transportistas. Eso sí, eran permisos temporales. Y su tiempo ya ha pasado. En la actualidad la zona ha vuelto ha convertirse en el remanso de tranquilidad que fue antaño, como reconocen los propios vecinos. En este punto de Miranda comentan que «a finales de 2024 todavía pasaban algunos, pero la verdad es que en este principio de año la carretera está despejada y los camiones ya no están pasando».
Desde la urbanización de Los Corrales apuntan que, según les transmitieron desde la administración local, «en principio este año solo quedaría vigente un permiso para un transportista, pero puede que además de quedar solo una licencia puntual esté yendo por otro lado y por eso ni siquiera se está notando a este camión». En cualquier caso, estos mirandeses destacan que «de una forma u otra, ahora vuelve a haber paz, ya no hay camiones para arriba y para abajo desde las ocho de la mañana, que hacían un ruido tremendo y pasaban junto a las casas». Ahora bien, en ocasiones la paz va por barrios.
Y es que en otra de las zonas de la ciudad del Ebro donde el tráfico de vehículos pesados ha generado serias molestias a los vecinos, esta realidad sigue existiendo. Ha ido a más, de hecho. Los residentes del Poblado de Los Ángeles describen que «el ambiente de descontento va creciendo» y explican que «no paran de llegar las quejas y ahora se suman otras, como el hecho de que el tráfico nocturno se esté viendo afectado por camiones que en ocasiones incluso son dobles o frigoríficos que en principio van hasta el polígono de Ircio».
La calma ha vuelto a reinar en la calzada que rodea Los Corrales. - Foto: A.B.Como en Los Corrales, elConsistorio también aseguró que iba a tomar medidas enLos Ángeles.La diferencia se encuentra en que en el primero de estos barrios cumplió con esa idea, mientras que en el segundo los vecinos no han tenido constancia de ningún cambio. Los residentes de esta periférica área recuerdan que «el Ayuntamiento adoptó unos compromisos en septiembre, que consistían en una primera fase a corto plazo según la cual se iba a llamar a las empresas del polígono de Ircio y se iba a dar un repaso a la señalización de la zona para reconducir toda esa circulación y llevarla por fuera del casco urbano». No obstante, siguen sin llegarles «más noticias sobre ello, salvo lo que se lee en la prensa». Que no es mucho, ni muy concreto.
Desde el Poblado añaden que, al margen de estas medidas iniciales, la administración local también planteó emprender «una segunda fase», en la que entraban en juego «informes técnicos» para lograr soluciones más duraderas que encajen el desarrollo logístico de la zona y la tranquilidad que demanda el vecindario.Sobre ello, los residentes explican que «por ejemplo, que el Plan General de Ordenación Urbana se vaya a actualizar no deja de ser esperanzador, porque puede ayudar a solucionar el problema, pero no es suficiente porque ahora mismo tenemos un Plan que lleva vigente desde 2005 y no se ha ejecutado, es decir, la demanda de una solución concreta y su aplicación se seguiría trasladando aunque sobre el papel se hagan cambios».
Pero la modificación de esa norma urbanística no se alza como el único movimiento que arroja cierta luz en este barrio.Según transmiten en la zona hay «casos como el de Polynt Composites» que generan esperanza, pues esta compañía «ha logrado un acuerdo para desviar un gran número de camiones que pasan por el casco urbano». En este sentido, creen que esa fórmula es válida para entidades como la Terminal de Contenedores de Miranda, sobre todo, porque «el suelo de lo que era Rottneros ha sido bastante barato y se han dado facilidades al tejido empresarial, pero no se le ha pedido a esas empresas que hagan un esfuerzo y unos accesos acordes».