Ayer se bajó el telón de la obra del AVE en Burgos sin saber cuándo será la próxima función y si algunos de sus actores secundarios -las subcontratas- seguirán en el candelero para entonces. La paralización del subtramo entre Estépar y Burgos ya es una realidad, aunque sus motivos sigan siendo un tanto confusos.
Este periódico ha tratado sin éxito de conseguir una explicación oficial concreta, más allá de «problemas administrativos».Ninguna de las fuentes consultadas ha sido capaz de ofrecerla, lo que añade aún más confusión a una obra que ya estuvo paralizada más de 2 años. La palabra modificado se repite pero sin llegar a concretar si la interrupción es fruto de un nuevo cambio en el proyecto o de una revisión de los que ya se han hecho, porque también al parecer no solo hay uno sino al menos dos, relacionados con el túnel de las Calbezadas y la elevación de la rasante de la traza.
Lo que está claro es que la obra se cerró ayer. A primera hora de la mañana, un grupo de operarios esparcía cal en la plataforma de Buniel, donde quedan abandonados los pilares de un camino elevado sobre las vías. Los últimos vehículos de empresas como Excavaciones Sierra o Hergonsa -una constructora de Valladolid que ha aplicado ya dos ERE- iban y venían con caras alicaídas por la zona. Mientras, en la campa junto a la estación de servicio de Estépar había aún más maquinaria agrupada que el miércoles y tan solo quedaba un operario de mantenimiento. El último del tajo.