Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Armonía

25/12/2023

Compórtate siempre, en todos los asuntos, públicos y privados, de acuerdo con las leyes de la naturaleza. La armonía entre tu voluntad y la naturaleza debería ser tu ideal supremo. Esto no lo digo yo, lo dice Epicteto en uno de sus muchos consejos, editados en un librito llamado Manual de vida.
A pesar de llevar más de XX siglos transitando por este planeta, resulta curioso que de un tal Epicteto, esclavo nacido el año 55 d.C. conservemos textos -trasmitidos por sus discípulos- que siguen siendo útiles después de tanto tiempo. Paradójicamente, estos libros nunca se descatalogan, porque son buena filosofía, esa que permanece resonando a través de los siglos porque encierra una sabiduría perenne.

No recurre Epicteto a dioses ni a textos sagrados de origen incierto para trasmitir grandes ideales: armonía entre voluntad y naturaleza como expresión de ideal supremo, así de simple, así de complejo. Parece que un ideal supremo exige más elaboración, debería ser más costoso de conseguir; pues no, engarzar la voluntad con la naturaleza o, lo que es lo mismo, no violentar la naturaleza de las cosas dejándolas ser lo que son, puede ser una de las teclas que tenemos que tocar, pero no somos muy de dejar que la vida fluya por sus propios cauces. 

¿Dónde practicar este ideal? En los pormenores de la vida cotidiana dice el filósofo, poniendo el énfasis no en qué estás haciendo, sino en cómo lo haces. Trasladar el ideal supremo a la vida cotidiana es algo así como poner amor en todo lo que haces, y que no se piense sólo en el lecho conyugal, que también, digo yo, habrá que llegar más lejos: en la cocina, el trabajo y en estas fechas, hasta en los adornos navideños. Igual me está quedando esto un tanto cursi, pero qué voy a hacer, así me sale. Será el espíritu navideño, o que estoy dejando ser a las cosas lo que son sin violentarlas, aprendiendo del maestro.

Pues sea, hagámoslo así, recibamos la Navidad sin violentarla, dejando que sea lo que tenga que ser pero a nuestra manera, haciendo lo que hacemos pero eligiendo cómo lo hacemos, a nuestro estilo, poniendo a las personas en el centro de la fiesta. Con caviar o huevos fritos. 
Y sintiendo cerca a los que ya no están: Va por ellos. 

ARCHIVADO EN: Navidad, Naturaleza, Leyes, Libros