Miranda entierra el proyecto del tráfico en el Casco Viejo

ARSENIO BESGA / Miranda de Ebro
-

La Entidad Pública Empresarial del Suelo (Sepes) asegura que sigue sin obtener «respuesta municipal» al plan que presentó en 2011 para construir una carretera que rodeara el barrio más antiguo de la ciudad

Una de las entradas al vial diseñado se proyectó al final del barrio El Crucero, cerca de la residencia Ciudad de Miranda. - Foto: A.B.

A lo largo de los últimos tiempos en Miranda se han conocido infinidad de propuestas para frenar la degradación y mejorar la situación del Casco Viejo. Colectivos como la Asociación Renacimiento del Centro Histórico o partidos políticos como Izquierda Unida, cuando todavía estaba en la oposición, pidieron reiteradamente que se redujera el tráfico por esta zona, para lo cual consideraban oportuno que se construyera un vial que rodeara el barrio uniendo El Crucero y Bardauri. Esa carretera, precisamente, es la misma que diseñó la Entidad Pública Empresarial del Suelo (Sepes) allá por el año 2011 y que presentó ante el Ayuntamiento en forma de proyecto. No obstante, la administración local ha terminado guardando en un cajón esta iniciativa.

Desde la Sepes explican que la creación de un nuevo vial que discurriría en parte por la carretera que ya existe en la zona de las canteras «es un sistema general cuya ejecución corresponde al Ayuntamiento». Pese a ello, en la entidad dependiente del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana reconocen que hace más de una década adquirieron una serie de «obligaciones» y cumplieron con «el paso acordado de remitir el proyecto al Ayuntamiento», aunque tras todo este tiempo aseguran que siguen «sin haber obtenido una respuesta por parte municipal para seguir avanzando en el desarrollo de la actuación».

Además, en el ente estatal recuerdan que la inversión que se anunció hace tantísimos años en ningún caso correría solo a cargo de sus propias arcas, sino que dentro de los 2,4 millones de euros en los que se valoró el proyecto se incluían «los diferentes conceptos que comprende el conjunto de la actuación». Es decir, en la Sepes apuntan que una parte de esa inversión millonaria serían los «gastos que corresponden al Ayuntamiento». Por ejemplo, cuando el plan todavía no estaba cogiendo polvo en un cajón de la administración municipal, este periódico informó de que el Consistorio debía hacer frente a partidas como las expropiaciones de terreno necesarias.

Y esa no era una cuestión menor, ya que el proyecto definido por la Sepes incluía una intervención que iba a ocupar bastante suelo. En concreto, allá por 2011 se diseñó un vial con una longitud de 2.060 metros y una anchura cercana a los 12 metros, en la que se pretendían habilitar dos carriles. Uno de los tramos de esta carretera se quería crear sobre la calzada existente en la zona de las canteras, mientras que la segunda parte debía discurrir por áreas que están sin urbanizar, y en ambos casos la ruta sería prácticamente recta, sin las notables curvas que hay en la actualidad. Asimismo, una de las entradas a la infraestructura que se proyectó tenía que articularse a partir de una rotonda en el barrio de Bardauri. Por su parte, el otro acceso iba a colocarse, también a partir de una glorieta, al final de El Crucero, muy cerca de la residencia Ciudad de Miranda.