People Have the Power. Patti Smith

En 1950 Ayn Rand escribió: «Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada».
Es un serio aviso para todos, para toda la Humanidad, pero muy especialmente para quienes no nos encontramos en posición de tomar grandes decisiones que alteren este sistema parásito.

Y no nos encontramos en posición de desandar este tortuoso camino que han iniciado los depredadores de los recursos de todos porque no somos conscientes del poder que tenemos, de la fuerza que da la unión.

¿Nos hemos parado a pensar lo que ocurriría si un día todos los ciudadanos de un país nos pusiéramos de acuerdo para no consumir los productos patrocinados por un influencer que humilla, veja o ridiculiza a otras personas? Seguramente acabaría en la cola del paro.

¿Y qué ocurriría si un día dejas de comprar en una cadena de supermercados que infla los precios desmesuradamente sin importarle que algunas familias tengan que freír los huevos con saliva? Pues que reconsideraría su postura.

Lo mismo si dejamos de seguir e ignoramos a charlatanes populistas que lo único que buscan, sentados ante una mesa bien surtida, es estar en el grupo de traficantes de favores, sin aportar nada positivo a la sociedad.

Acabo con otra frase que oí hace unos días: «Si no estás sentado a la mesa, es que eres parte del menú».

¡Feliz fin de semana!