"El motor del espectáculo es el amor. Porque hoy en día lo más radical, lo más transgresor es la amabilidad; esa es una de las paradojas actuales", ha señalado esta mañana Pablo Gisbert, fundador de la compañía El Conde de Torrefiel, que mañana abre la 26 edición del Festival Escena Abierta con la obra 'La luz de un lago'.
Hablando de vanguardias escénicas y de que en el teatro contemporáneo "lo importante es la forma y no el contenido", la compañía con sede en Barcelona hace con ese tema -trangresor o no- una película dentro de una obra de teatro sin que el filme sea evidente. "El espectador va a ver una película en su cabeza. La película 'La luz de un lago' existe solamente en el cerebro del espectador. En el teatro se habla mucho de la cuarta pared, que es la barrera, el muro que separa al público del escenario, pero nosotros pensamos que hay una quinta pared, que es el cerebro del espectador".
Aún así la película se ve. O al menos se intuye. "Aparece como un fantasma en siete ocasiones, atravesando el palco y el escenario durante unos pequeños instantes", añade. El argumento del largometraje, como decíamos, son cuatro historias de amor, cuatro relatos unos dentro de otros sobre diferentes formas de entender el amor, un tema "eternamente repetido" que ellos presentan "con una construcción y un formato diferente".
"Este tipo de nuevas dramaturgias -continúa Gisbert- se basa no en la textocracia, que de alguna forma sería como el poder del texto. Nosotros lo rebajamos y está en otras partes. No está dicho por actores, está en otras plataformas, como pueda ser el texto proyectado o la voz en off. Por tanto, se crea un distanciamiento y el público crea una pequeña turbulencia necesaria para que crezca un interés. Al igual que en una partida de tenis el público observa la pelota izquierda-derecha durante una hora, imaginaos que quitáramos la pelota y los jugadores siguieran jugando. El público estaría buscando esta pelota y El Conde de Torrefiel provoca esto, elimina la pelota, y por lo tanto se crea un espacio mágico de no saber dónde está la persona que habla".
'La luz de un lago', que se podrá ver mañana en el Teatro Principal, a las 20:30 horas (10 euros), invita al público a asistir a una cadena de imágenes invocadas pero esquivas, utilizando muros escenográficos, texto proyectado, voz en off y una composición sonora inmersiva y sugerente, que refleja la lucha constante por encontrar la claridad en un mundo lleno de borrones. 'La luz de un lago' sumerge al espectador en el imaginario de una película que se sostiene a través una estética refinada y abstracta articulada sobre el escenario a través de la palabra y la coreografía de los cuerpos y la escenografía en escena. En definitiva, una puesta en escena innovadora que desafía los límites del lenguaje y las convenciones teatrales.
El Festival Escena Abierta está organizado por la Gerencia Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, el vicerrectorado de Responsabilidad Social, Cultura y Deporte de la Universidad de Burgos (a través de su Aula de Teatro) y la Fundación Caja de Burgos.