El Barça cedió (87-103) ante el Paris Basketball este viernes en la décima jornada de la Euroliga celebrada en el Palau Blaugrana, víctima del conocido vértigo y desparpajo del debutante en la máxima competición continental, capaz de asaltar la cancha del líder.
El equipo azulgrana estaba avisado, pero el París firmó su sexta victoria seguida e igualó a su rival en el 'Top 4' de la clasificación (7-3). Un 18-31 en el primer cuarto evidenció la falta de intensidad local, pero los de Joan Peñarroya se pusieron las pilas, devolvieron el golpe y mandaron aún en el tercer cuarto.
Ahí estuvo la opción de los catalanes, pero el Paris demostró su capacidad anotadora sin miedo para volver a tomar las riendas y asaltar el Palau, primera derrota culé en Euroliga ante su público en una semana de doble ración que pasó factura en las piernas. TJ Shorts (24 puntos) y Maodo Lo (20) ajusticiaron a un Barça que reaccionó al primer golpe pero no al segundo.
La sangría no tardó en alertar al Palau, con un París anotando y mucho de inicio. El Barça no supo frenar ese ritmo alto de los visitantes y se contagió con muchas pérdidas. No le entraron los triples a los de Tiago Splitter, para consuelo catalán, y los de Peñarroya los encontraron con Álex Abrines. También Jabari Parker se soltó, pero el Barça necesitaba aún más fondo de armario.
Los árbitros tomaron también su parte de protagonismo y en la disputa de técnicas y faltas que nadie entendió, los locales llegaron a ponerse por delante por primera vez antes del descanso (48-45). El momento de respiro del Paris en la reanudación fue la puerta abierta para que el Barça impusiera su juego, pero se quedó corto (62-55).
El equipo galo encontró los triples y apretó el marcador de cara al último cuarto, ya por delante (70-73). Llegó entonces el segundo golpe del París, que ya fue definitivo, viendo el Barça engordar la desventaja sin reacción. Kevin Punter, Jan Vesley, Darío Brizuela y Chimezie Metu fueron demasiados actores principales que pasaron desapercibidos en un Barça víctima de la sensación de la Euroliga.