Villafría quiere reforzarse en el mapa del transporte español para no perder las oportunidades que brindarán las futuras autopistas ferroviarias que impulsa Europa. Para ello, el Centro de Transportes Aduana de Burgos (CT Burgos) está inmerso en el diseño de un plan estratégico 2025-2030 que potencie todas las capacidades y atractivos de Burgos y su industria para competir y beneficiarse de la fuerte apuesta que el Gobierno está haciendo en el desarrollo de Valladolid y de Júndiz (Álava), sin olvidar la demanda del proyecto de reapertura de la unión directa con Madrid a través Aranda de Duero. 

El plan, cuya elaboración arrancará de la mano de una comisión específica este mes de enero, parte de la idea de que Burgos es y será un punto intermedio en todos los grandes proyectos de infraestructuras que se están impulsando desde Europa y que están obviando esta circunstancia. «Tenemos que aprovechar todas las sinergias posibles que permitirán la inminente llegada del ancho ferroviario europeo a Vitoria o la autopista ferroviaria que unirá Valencia, Madrid y Valladolid. Burgos está justo en mitad del mapa y no puede quedar fuera de estos grandes proyectos de transporte internacional de mercancías», apunta Juan Carlos Martín, director general de CT Burgos.

Así, el plan estratégico en el que están trabajando quiere preparar a Villafría para este escenario, en un momento, además, en el que las empresas vuelven a recuperar su interés por mover sus mercancías a través del tren. 

Los gestores de CT Burgos ven un cambio de tendencia respecto a los últimos cinco años, en los que la terminal burgalesa ha visto cómo declinaban sus movimientos ferroviarios. Actualmente, mueve un tren a Bilbao, aunque ya no hay regularidad semanal en el mismo. Y lo mismo ocurre con el tráfico con Huelva. Todos estos trenes los mueve un solo cliente, respectivamente, y las salidas y llegadas dependen de su planificación.

«Nos hemos dado cuenta de que el interés de las empresas está en los trenes multicliente, dada la dificultad de que una sola empresa pueda mover en Burgos un tren regularmente por sus propios medios». Así, detalla Martín, el objetivo es ocupar en un futuro -y para ello están trabajando con empresas gestoras de mercancías- los corredores ferroviarios a los puertos de Valencia y Barcelona con este tipo de trenes compartidos.

«Creo que el tren es la alternativa más cómoda al transporte por camión, en el que hay muchas dificultades para encontrar conductores, y el que mejor encaja con las estrategias de sostenibilidad de las industrias. Villafría puede equilibrar la demanda de espacios en el tren trabajando con diferentes empresas y, de hecho, ya estamos concretando con potenciales clientes los términos económicos de estos servicios. Nuestro deseo es que estos trenes multiclientes (de dos frecuencias semanales) se lancen en 2025».

Vías más largas. CTBurgos reclama, en este sentido, la máxima agilidad al Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, para ampliar la capacidad de las vías que llegan y parten del Puerto Seco de Villafría, un proyecto que nació con muchos retrasos y que actualmente está en fase de estudio técnico. Este trabajo, contratado a la empresa Técnica y Proyectos (Typsa) debería estar terminado en estos primeros meses de 2025 para licitar las obras en el menor plazo posible.

La ampliación prevé incrementar la zona de carga y descarga para trenes de 550 metros de longitud (locomotora incluida). Las actuaciones persiguen incrementar la intermodalidad (ferrocarril y camión) mediante la prolongación de las vías 9 y 10, así como la superficie de hormigón donde se apilan los contenedores en el Puerto Seco. 

En el caso de la vía 9, con 450 metros, la actuación prevista permitirá sumar un centenar más, lo que avalará transportar 14 teus (contenedor estándar de 20 pies) más mientras que la 10 se incrementará en 60 metros más desde los actuales 490, lo que motivará mover en cada tren 8 teus. Villafría se adecuaría así para el tratamiento de trenes de 550 metros.

Ampliación. CT Burgos también trabaja en una estrategia para la comercialización de los 220.000 metros cuadrados de suelo de la ampliación de la Aduana. Hay interés de empresas, hay visitas, pero todavía no se ha cerrado ninguna operación. También hay mucha competencia entre provincias en este ámbito del suelo logístico.

En los últimos tiempos se ha constatado que no hay demanda para instalar almacenes de grandes dimensiones, en torno a los 50.000 metros cuadrados, y que sí es factible ofrecer espacios compartidos en grandes naves para las empresas de reparto y paquetería. «Necesitamos conocer mejor las necesidades de las empresas de nuestro entorno y creemos estas pasan por tamaños medianos e incluso compartidos, aunque estamos abiertos a todo tipo de proyectos, sea cual sea su dimensión», subraya el directivo de CT Burgos.

La ampliación lleva tiempo urbanizada y lista para acoger empresas, pero aún está pendiente de su electrificación. Iberdrola ha exigido una serie de actuaciones -que no estaban previstas en el proyecto inicial- antes de inyectar energía a esta nueva zona industrial.

Aparcamiento seguro. Respecto al aparcamiento de camiones de la Aduana, dotado con 360 plazas y vigilado las 24 horas del día, en los próximos meses se van a analizar todas las soluciones posibles para ampliar su capacidad y resolver los problemas de espacio que ya comienza a tener. No se descarta utilizar algún espacio de la ampliación del recinto aduanero, aunque no hay nada previsto por el momento.

Sí se tiene claro que Villafría tiene que convertirse en un Área de Estacionamientos Segura y Protegida, conocida en Europa con las siglas SSTPA, lo que otorgaría a Burgos capital y a este emplazamiento industrial y su actual aparcamiento un mayor valor añadido para atraer a las compañías de transporte y a los grandes operadores logísticos transfronterizos.

Desde CT Burgos están convencidos de que Villafría reúne las condiciones para integrarse en esta red impulsada desde la Comisión Europea y que, además de reforzar la seguridad y la protección de los transportistas transfronterizos, busca mejorar sus condiciones de trabajo y hacer más atractiva esta actividad laboral.

Una SSTPA requiere de un mínimo de servicios y de seguridad que, según se vayan reforzando, permiten a estos complejos escalar a los niveles Bronce, Plata, Oro o Platino, pasos que determinará la certificación de un auditor autorizado por la Comisión Europea.

El nivel básico de servicios incluye instalaciones sanitarias adaptadas a ambos sexos, opciones de compra y consumo de alimentos, conexiones digitales gratis, conexiones de electricidad para vehículos refrigerados y para uso personal y puntos de contacto y procedimientos de emergencia.

Los diferentes niveles van incorporan exigencias de perímetros asegurados e iluminados; vigilados con personal, cámaras de seguridad o detectores de movimiento; y dotados con planes de seguridad.
El nivel Oro incluye aparcamiento vallados, videovigilancia continua, controles de personal físicos o a distancia, recinto protegido con barreras y semáforos o detectores de intrusiones, entre otras medidas.