El año que ahora termina arroja un saldo desigual en lo que se refiere al avance de las infraestructuras de comunicación que demanda desde hace décadas la comarca ribereña y su capital. Por un lado, la culminación de la Autovía del Duero ofrece algún avance que permitirá que, según aseguró el ministro de Transportes, Óscar Puente, «antes de acabar el año todos los tramos estarán en obras, en servicio o en redacción de proyecto». En el lado contrario se sitúa el tren Directo, cuya reapertura sigue en su particular vía muerta a la espera de un nuevo estudio de viabilidad, uno más.
Puente realizó una visita a los tramos de la A-11 que están en obras, todos ellos en la provincia de Valladolid, y aprovechó para asegurar que «vamos a licitar los dos proyectos que faltaban en el entorno de Peñafiel, el Quintanilla hasta el término provincial de Valladolid, incluyendo la variante de Peñafiel que lo vamos a sacar todo en un único trozo, antes del 31 de diciembre y también el que va del término provincial de Valladolid a Castrillo de la Vega, en Burgos». Estos son los dos tramos que faltan por conocer los detalles de ejecución y su coste, después de que las obras de los 22 kilómetros entre la soriana Langa de Duero y la variante de Aranda se adjudicase hace un mes por 180,7 millones de euros.
Este ligero avance en los trámites administrativos contrasta con la marcha de la ejecución de los tramos en la zona vallisoletana, donde Puente especificó que «la previsión es que el tramo Tudela-Olivares esté concluido el próximo año a finales y que el tramo Olivares-Quintanilla esté acabado a primeros de 2026». Lo que sí empieza a tener otro color sobre el terreno burgalés es el enlace que se está construyendo entre Castrillo de la Vega y la N-122, dos kilómetros hacia el Este, que tendrá que estar finalizado en junio de 2025.
Sin noticias del tren. Enredada en la maraña administrativa de la licitación y realización de sucesivos estudios, la reapertura de la línea Madrid-Aranda-Burgos en su tramo Sur mantiene el tapón en el túnel de Somosierra, clausurado desde marzo de 2011 por un derrumbe que sepultaba una máquina bateadora, que ahora se ha convertido en objetivo de los vándalos. A pesar de que las entradas de este pasadizo llevan tapiadas seis años, los grafiteros accedían a su interior y realizaban múltiples pintadas tanto en la parte del vehículo que no está enterrada en escombros como en las paredes del propio túnel. Además, la falta de uso de esta infraestructura se está traduciendo en nuevos derrumbes que son visibles tanto en el techo como en el suelo del túnel, donde se acumulan grandes cascotes.
Más allá del túnel de Somosierra, en la estación de Aranda de Duero se están realizando las obras para mejorar la conexión del ramal al polígono Prado Marina con el objetivo de que el tráfico de mercancías sea más fácil en este punto de la conexión ferroviaria hacia la zona industrial. De las otras obras, la de mejora de la infraestructura de toda la línea y la necesaria rehabilitación del túnel clausurado, ninguna novedad. El enésimo estudio de viabilidad, al que se agarra Transportes para dilatar la toma de decisiones sobre la reapertura del Directo, se adjudicó en enero y hasta el verano de 2025 no se conocerá su veredicto.
La necesidad de la reapertura de esta línea férrea en todo su trazado es uno de los temas principales que el Ayuntamiento de Aranda quería plantear al ministro de Transportes, de quien siguen esperando una cita para reunirse. «Desde hace meses mandamos una carta cada 15 días para recordarle que tenemos pendiente un encuentro de trabajo, pero seguimos sin noticia alguna», lamenta el alcalde arandino, Antonio Linaje, que arrancó a Óscar Puente el compromiso en septiembre de recibirle, junto a una delegación ribereña, en el plazo de un mes. Otra promesa incumplida.
Mientras tanto, en el plano más local, la Administración pública y entes privados como Sonorama Ribera y el sector enoturístico trabajan de la mano para que los trenes de pasajeros vuelvan a circular por esta línea, al menos desde el Norte hasta Aranda y viceversa, para eventos puntuales como el festival de música o los Premios Envero. Los esfuerzos conjuntos reman para que puedan ser una realidad en este próximo 2025.