La Policía Nacional ha logrado identificar a uno de los delincuentes que el pasado 7 de enero estafaron 6.000 euros a una vecina de Gamonal a la que propusieron repartirse 300.000 euros que supuestamente se habían encontrado en un maletín en la estación de Renfe. El timador, con numerosos antecedentes por hechos de similar naturaleza, tiene 57 años y vive en la Comunidad de Madrid. Pertenece a un grupo organizado que se desplaza a distintas ciudades en busca de víctimas a las que sacar dinero con variantes de engaños tradicionales como la estampita o el tocomocho.
Las investigaciones llevadas a cabo permitieron que la mujer que sufrió el timo pudiera identificar a uno de los dos autores. P.C.D. todavía no ha sido detenido por estos hechos, pero pesa sobre él una orden de busca y captura por cometer estafas de esta clase en otras capitales de España.
Los hechos ocurrieron el 7 de enero en una calle comercial de Gamonal. Una mujer fue abordada por el hombre que ha sido identificado. Se dirigió a ella en voz baja para decirle que se acercara y que entrara en un coche, de color verde, porque alguien se había encontrado 50 millones de pesetas (300.000 euros) en la estación de tren. Accedió y en la parte trasera del vehículo observó que había sentado un individuo de unos 35 años, pelo corto y vestido de negro. Éste -compinche del otro- le preguntó si estaba conforme con ir a medias con el dinero, a lo que la mujer contestó que sí.
Pero tenía truco, cómo no. Antes de proceder al reparto, la víctima tenía que enseñar dinero suyo como prueba. La denunciante se dirige a su casa, coge la cartilla del banco y acude a una sucursal para sacar 3.000 euros de su cuenta. Mientras tanto los dos individuos permanecían esperándola dentro del automóvil. Según las primeras informaciones, la víctima había hecho una sola extracción de 3.000 euros, pero la Comisaría informaba ayer de que hizo otra de la misma cantidad, con lo que el importe estafado ascendió finalmente a 6.000 euros.
Una vez completada la operación en la entidad financiera regresa al coche y les entrega el dinero, la cartilla y su DNI. En ese momento, el primer hombre con el que contactó -el identificado- le da un paquete cerrado y le asegura que dentro están los 25 ‘kilos’ que le pertenecen, así como la cartilla y el carné.
La mujer llega a su casa confiada, pensando que había hecho el negocio de su vida. Nada más lejos de la realidad. Cuando deshace el envoltorio ve que solo hay un paquete de sal. Ni rastro de los 150.000 euros, ni de los 3.000 que sacó de la caja, por supuesto. Y, lo que es más extraño, tampoco estaban ni la cartilla ni el DNI.