Una banda de ladrones ha puesto el punto de mira sobre los profesionales de diversos oficios a quienes están desvalijando las furgonetas con las que acuden todos los días a realizar sus trabajos. La Comisaría de Burgos ha recibido varias denuncias de robos a electricistas y fontaneros que habían aparcado sus vehículos en el G-3. Los delincuentes fuerzan las puertas y se llevan sobre todo herramientas, que después pueden vender en el mercado negro.

Los robos se han producido en estas últimas semanas y la Policía Nacional ha abierto una investigación para dar con los cacos, ya que ha cundido cierta preocupación entre los profesionales que aparcan en este barrio de Burgos. Por el momento los hechos se han circunscrito a esta zona de la ciudad, pero no se descarta que puedan moverse a otros enclaves capitalinos. De ahí la importancia de localizarlos y detenerlos cuanto antes.

El modus operandi de estos delincuentes es muy sencillo. Bien por el día o bien por la noche están al acecho de este tipo de furgonetas, normalmente rotuladas con el nombre del negocio, en muchas de las cuales sus dueños suelen dejar herramientas dentro para ahorrarse el trámite de tener que llevarlas y traerlas a la sede de la empresa cada vez que salen a trabajar. Los ladrones las ven desde el exterior por las ventanillas y, con todo el sigilo del mundo, fuerzan las puertas y se las llevan. Un taladro o una rotaflex profesional cuestan un pastón, pero al ladrón le sale gratis, por lo que puede revenderla a cualquier precio a peristas a quienes no les duele en prenda comprar mercancía robada.

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