El alcalde de Frías, Tomás Pérez, anuncia su dimisión tras dos años «bastante complicados», según reconoce a este periódico. «Sentirse utilizado por algunos de los miembros» de su equipo y los «problemas de salud derivados de los disgustos provocados por ciertas situaciones» llevan al popular a dejar el cargo que ocupa con la condición de que Silvia Quintana, edil y compañera de partido «sea la nueva regidora de la ciudad».
El fredense asegura que la decisión «no ha sido fácil» de tomar, pero tras una «reflexión profunda y consideración de diversas circunstancias personales» ha llegado a la conclusión de que el «momento adecuado para dar el paso ha llegado». Durante su mandato, reconoce que ha tenido el «honor y el privilegio de servir» a su municipio y trabajar junto a los vecinos para «impulsar proyectos y políticas que buscaban mejorar la calidad de vida de todos».
Un «episodio complicado» que sufrió la semana pasada aceleró una decisión que ya barajó tiempo atrás. Además de sus familiares y amigos, los «médicos» le recomendaron plantearse una situación que podía afectar al estado de salud de una persona que ha pasado por «tres trasplantes», añade.
Se va con la «cabeza muy alta, orgulloso» de su paso por un Ayuntamiento que «funciona perfectamente» pero con cierta pena de «no poder desarrollar algunos proyectos» que tenía en mente en el convento de Vadillo o en el entorno del río Ebro. Pero también con la satisfacción de «haber aprendido y sabido recular» en momentos en los que sus decisiones levantaron ampollas o cuando no contaba con el apoyo de los habitantes.
Los aparcamientos ficticios en los que algunos turistas estacionaban sus vehículos le hartaron hasta tal punto que apostó por cobrar un importe simbólico por aparcar. Esta medida no sentó bien a un importante sector de la población que mostró rápidamente su indignación, y finalmente dejó a un lado la intención de instalar barreras automáticas en las áreas de estacionamiento. Sin embargo, ante las 149 firmas que los vecinos presentaron contra la imposición de horarios de cierre a los bares y restaurantes se mostró indiferente.
Agradece de antemano la «comprensión» de su determinación y se compromete a «facilitar una transición ordenada para garantizar la continuidad de los proyectos en marcha. Estaré a disposición del nuevo equipo de gobierno con el fin de colaborar en todo lo necesario durante el proceso», manifiesta.
Reacciones. Las personas más cercanas al todavía alcalde conocen las intenciones del político y desde entonces el «ambiente está muy caldeado», afirma María Ángeles Bergado, una de las concejalas de la oposición. Por el momento poco tiene que decir, simplemente transmite su «asombro y preocupación ante la que se nos viene encima», aclara.
Mientras, Silvia Quintana, edil del PP y la persona en la que Pérez deposita su confianza para que gobierne, prefiere no dar declaraciones hasta que no se celebre el Pleno extraordinario en el que se elegirá al nuevo regidor.