Hace unos días podíamos comprobar que en los juzgados los funcionarios tenían que trabajar deslumbrados y asfixiados a partes iguales por el sol. Esta extraña situación, como siempre, estaba provocada porque alguna mente preclara disponía de unos fondos económicos, que hay que gastar sí o sí en un plazo determinado, y no se le ocurrió otra cosa que quitar los estores normales y poner una instalación supersofisticada, pero que no quita el sol.
Cuento esto, porque al final es lo que pasa, no solo en Justicia, donde quizás la situación es más extrema porque nunca ha interesado que sea un sector que funcione. Hasta la fecha, todos los gobiernos que he conocido, con independencia de sus colores, han usado la Justicia para su lucimiento, con la creación de oficinas y programas informáticos imposibles que anunciaban a bombo y platillo, y que luego dejaban a su suerte para que los pobres funcionarios y el resto, sin ningún apoyo real ni medios suficientes para mantenerlos, nos perdiéramos en un sinfín de problemas.
Pero lo mismo pasa en comercio; piden al sector, especialmente al pequeño, que innove, se reinvente, invierta, se especialice, se informatice… vamos, un milagro, y para ello lo que proporcionan es un tirachinas, frente al resto de formatos que disponen y trabajan con misiles, que les han dado previamente los mismos que nos dan el tirachinas.
Al final, lo que quiero decir es que no sé con quiénes hablan nuestros políticos para tomar las soluciones en cada sector; es claro que en Justicia no lo hacen ni con los funcionarios ni con los que trabajamos directamente con ellos; tampoco en comercio parece que se estén sentando a hablar y conocer el problema que existe a pie de calle. Mucho discurso a favor del comercio de proximidad, pero en realidad ninguna medida realmente efectiva se pone en marcha, cuando bastaría con corregir todas las medidas que ya existen y nos perjudican gravemente, como periodos de rebajas, horarios comerciales, etc.
Seguro que se me escapa algo y todo lo hacen por nuestro bien, pero lo más increíble es que, a pesar de esta situación, Justicia y Comercio siguen en pie y trabajando, esto es lo que todavía me hace creer en la humanidad.