Cuando los peregrinos llegan por la calle Fernán González el primer contacto con la catedral se produce desde el mirador que se asoma a la Llana, donde los bancos allí instalados invitan a disfrutar de la vista, y a cualquier hora hay gente tranquilamente sentada disfrutando del panorama. A mí me parece la perspectiva más interesante, ya que se entiende la globalidad del templo y su adaptación a la ladera del castillo. (Además desde esa perspectiva hay otra ventaja, no se aprecia la medianera que sigue desnuda, recordando que la intervención en las Llanas sigue incompleta…).
Este mirador tiene su origen en la renovación de la calle Fernán González realizada el año 2009, y se sitúa justo encima del pequeño edificio de propiedad municipal conocido por el nombre del antiguo Asador de Aranda, que tiene su acceso por la Llana. Un famoso inmueble que a pesar de su reducido tamaño ha dado ya para muchas discusiones. Resulta que el Plan General permite construir una planta ligera sobre el nivel del actual mirador, decisión que se justificó para dar un acceso al inmueble desde su parte superior al nivel de la calle Fernán González. Y a partir de ahí empezó el baile.
Primero se convocó un concurso para ubicar el famoso 'Centro Cidiano'. Pero la citada planta sobre el mirador provocó las protestas de los vecinos afectados y supuso además que no fuera autorizada por Patrimonio. Luego se propuso un Centro de interpretación del Camino de Santiago, que tampoco terminó de fructificar. La última decisión del actual equipo de gobierno, deshojando la margarita de las prioridades (proyecto prioritario, proyecto no prioritario…), es crear un lugar de promoción de la gastronomía local, para lo que se va a convocar otro nuevo concurso de ideas…
A mí me parece muy bien que este proyecto se considere ahora prioritario, porque es uno de los asuntos pendientes en un entorno tan importante de la ciudad (también debería serlo la ampliación del Archivo en Castilfalé, que ya tiene el proyecto aprobado y sigue inexplicablemente parado). Y también me gusta más el nuevo uso planteado, si se sabe luego dinamizar y dotar de contenido real. Pero de nuevo acecha el peligro sobre el mirador, en el caso de que el nuevo proyecto mantenga la idea de construir una nueva planta, lo que me perece un despropósito.
Por favor, respetemos el mirador, basta con ajustar el programa del nuevo uso al espacio disponible y no al revés. Se puede reformar el interior del inmueble y su fachada, pero mantener su volumetría, y de paso respetar también las vistas existentes en el entorno directo de la catedral. Y eso sí, se presenta la oportunidad de aprovechar y dinamizar el nuevo espacio público delantero de la Llana de Afuera, que para eso está pensado. Un agradable rincón a la sombra y un graderío que están esperando la llegada de nuevos visitantes. Por favor.