La teoría de la evolución ni es una teoría ni fue propuesta por Charles Darwin. La evolución de los seres vivos es un hecho incontrovertible, conocido con anterioridad a los escritos de Darwin. El acierto de este en su famoso libro sobre El Origen de las Especies (1859) fue proponer un mecanismo que explicara la evolución: la selección natural. Sin embargo, su teoría presentaba un grave problema: la falta de una explicación plausible acerca de cómo se heredan los caracteres seleccionados. Hubiera podido hacerlo a la luz del trabajo de Gregor Mendel, publicado en 1866, pero no llegó a leerlo, o si lo hizo no entendió su importancia.
La integración de darwinismo y genética, que hoy conocemos como síntesis evolutiva, fue propuesta por Theodosius Dobzhansky en su obra Genética y el Origen de las especies, publicada en 1937. El título parafrasea al de la obra de Darwin de forma deliberada. Dobzhansky nació en Ucrania el 25 de enero de 1900, se nacionalizó estadounidense en 1937 y murió el 18 de diciembre de 1975, así que tenemos reciente el quincuagésimo aniversario de su fallecimiento y se cumplirán en breve los 125 años de su nacimiento. Cifras redondas para recordar a uno de los mejores genéticos de la historia y autor del libro más influyente sobre evolución publicado el siglo pasado. Fue catedrático de genética en el Instituto Tecnológico de California, la Universidad de Columbia, la Universidad Rockefeller y la Universidad de California.
Corresponde a Dobzhansky el mérito de demostrar experimentalmente, décadas después del redescubrimiento de las leyes mendelianas, que tanto la variación dentro de las especies como la existente entre las especies tiene la misma base: los genes descubiertos por Mendel. Así se confirmaba que los cambios en los genes son los responsables de la aparición de nuevas especies, lo cual explica el santo grial de la evolución: cómo aparecen y se diversifican las especies.
Las explicaciones evolutivas se han complicado desde entonces. Por ejemplo, muchos caracteres no están bajo selección natural, evolucionan de forma aleatoria, pero es incontrovertible que «nada tiene sentido si no es a la luz de la evolución», la frase más famosa de T. Dozhansky y la guía de todo aquel que quiera entender la forma y comportamiento de los seres vivos.