Javier Fernández Mardomingo

Cortita y al pie

Javier Fernández Mardomingo


Lo que importa en Navidad

20/12/2024

Me encanta bucear en lo más leído de la semana en la web de este periódico. No me pierdo una. La de la pasada es de nota. Primer puesto para la noticia de que un juzgado ordena el cierre de Las Malvinas. Y eso da pie a dos conclusiones. Que no debemos cambiar nunca, la primera. La segunda, que hay ocasiones en que uno pierde la perspectiva de lo que en realidad importa. 

Por eso cabe preguntarse si de verdad al común de los mortales le interesa el desfile de gentes de poder de los juzgados esta semana. O que el Gobierno vaya a obligar a rectificar a quienes tengan seguidores de más en redes cuando de Moncloa y Ferraz han salido algunos de los bulos más rimbombantes. 

Hablando con un director de medios me decía que no me engañase, que el tráfico en internet demuestra que nos hemos cansado de Aldama. Otro compañero me refunfuñaba que a estas horas teníamos que estar ya con los resúmenes del año y el precio del langostino. Y oye, creo que tienen razón. Es Navidad y hay que vender ilusión, que el personal está ya frito de tanta basura.

No sé por qué cada año me gustan más estas fechas, aunque cada año me indigne más. Será porque gasto más lotería y gano menos. O porque la cuenta es más cara por comer en sitios donde cada vez se come peor. Será una cosa de la ilusión o qué sé yo. Me gusta dar una vuelta por calles infestadas, aunque salga de allí jurando no volver porque no se puede ni andar. Será que con todas esas cosas a uno se le olvida la vergüenza del día a día de la actualidad y eso. Puede que nos hayamos acostumbrado al enfado como forma de vida. Quién sabe. 

La cuesta de enero vendrá como venga. Y nos contarán que un lunes, poco después de reyes, es según un científico con pocos quehaceres, el día más triste de todo el año. Por eso, aunque no me haga rico el domingo y jure que el año que viene compro menos; aunque se quiten las ganas de comer con los amigos y aunque me prometa que me olvido del gentío, por estas fechas dentro de un año volveré a estar con ganas de pensar sólo en Navidad y en esas costumbres. Debe ser como aquel aficionado que gritó a Curro en la Maestranza después de una mala tarde: «¡Curro, el año que viene te va a venir a ver tu puta madre… Y yo también!».  Pues eso. Que el 6 de enero pensaré que el próximo año va a hacer lo mismo su puta madre. Pero yo también. 

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