Derecho y deber, como figura en el artículo 35 de la Constitución española; el derecho al trabajo y el deber de trabajar constituyen, prácticamente, el centro de gravedad respecto al que gira todo lo demás. Ninguna sociedad, por tecnológica y humanamente avanzada que sea, podría sobrevivir sin trabajo, no solo por su valor como herramienta económica, sino por lo que supone como realización individual y colectiva.
Por ello, la creación de empleo, tanto por cuenta propia como ajena, constituye, por sí misma, uno de los principales motivos de satisfacción social. Y su destrucción, la desaparición de territorios que en algún momento fueron prósperos. Sin embargo, y a pesar de conocer su importancia, la promoción del empleo no cuenta con un apoyo proporcional al beneficio que genera. Y ni siquiera en territorios en los que la carestía de mano de obra en determinadas áreas económicas amenaza con cronificarse, u otros en los que las tasas de desempleo se mantienen extremadamente elevadas lustro tras lustro, se están llevando a cabo políticas de empleo lo suficientemente innovadoras, eficientes y eficaces para que solucionen, en mayor o menor medida, los problemas de quienes no encuentran un empleo que cubra sus expectativas; de quienes no consiguen perfiles profesionales adaptados a las expectativas de sus negocios; y de aquellos otros que, queriendo crear su propio empleo o empleo para los demás, se topan con las enormes expectativas que la administración tiene respecto a autónomos y pymes.
Fórmulas como la puesta en marcha de Escuelas de Emprendimiento de carácter público que ofrezcan los conocimientos necesarios a los jóvenes graduados, tanto de FP como universitarios, para ayudarlos a crear empresas prósperas. Servicios de empleo conectados de forma automática con universidades, centros de formación profesional y otros espacios formativos. O reducción en las cotizaciones sociales para los empresarios que crean sus primeros puestos de trabajo, son solo algunas de las opciones que se me ocurren un día como hoy en el que celebramos el valor del trabajo desde todos los prismas: el de quien lo realiza, el de quien lo busca y el de quien lo crea.