Está demostrado que las fiestas de San Juan del Monte son las más populosas y populares de la ciudad, y que además de los seis días que cada año -allá por mayo o junio- inundan la ciudad de música, blusas de colores y buen royo, lo que podríamos llamar espíritu sanjuanero está presente los 365 días del año. Lo está, por ejemplo en el paraje de La Laguna y la ermita, en las sucesivas publicaciones sobre las fiestas que la Cofradía realiza, en la preparación año tras años de los ochotes (adultos e infantiles), o simplemente en las varias esculturas que ensalzan la fiesta en varios rincones de la ciudad.
Pero en estos últimos años, especialmente en los últimos doce meses, San Juan del Monte ha estado muy presente para más de un centenar de personas que se han volcado en uno de los acontecimientos culturales más destacados de los que Miranda ha vivido en su reciente historia. Y ayer, se vio el resultado. Y éste fue muy satisfactorio. Espléndido.
Hace un cuarto de siglo que en la ciudad no se representaba la Zarzuela de San Juan del Monte. Teatro y música creados especialmente por Basilio Miranda (música), Tomás Nozal (libreto) y Dionisio Díez (partitura, instrumentación y algunos temas) para ensalzar la fiesta y trasladar a los espectadores en apenas dos horas
De la Zarzuela sonaban canciones sueltas como la Verbena, que se sigue cantando en las fiestas. Pero ver lo hecho por cien mirandeses, sanjuaneros, amantes de su ciudad y sus fiestas tras meses de ensayo cierto es que ponía los pelos de punta, al imaginarse los desvelos y sacrificios hechos para que otros, el públicos mirandés, disfrutara de lo lindo.
Al montaje escénico digno de cualquier gran teatro se sumó la buena sonoridad tanto de la banda como de las voces -algunas por cierto sobresalientes para no ser profesionales-. Y además un montaje global que transformó durante algo más de dos horas el pabellón Multifuncional en un auténtico teatro, y además, sanjuanero. Hubo risas, muchas, y momentos de sincera emoción.
Hoy hay una nueva oportunidad de asistir al espectáculo, que también se representará los días 11 y 12 de este mes. Una oportunidad casi única, ya que el esfuerzo que ha conllevado la puesta en escena de la obra ha sido enorme y, será complicado que de nuevo se reponga, al menos en el corto plazo. ¿Quién sabe si habrá que esperar otros 25 años? Ojalá que no, peor por si acaso, no se lo pierda.