Acabó Cuéntame, la serie de Televisión Española, y se despide con el estatus de icono de la cultura popular. Arrancó hace más de veinte años siguiendo la estela de Aquellos maravillosos años, la producción que mostraba la vida en la década de los 60 en Estados Unidos a través de los ojos de un niño, que aquí fue Carlitos. Pero, con el tiempo, se transformó en algo más parecido a EastEnders o Coronation Street, seriales de la BBC que llevan emitiéndose décadas, y se han convertido en una realidad (paralela) tan real como la auténtica.
Cuéntame nació en un mundo en el que la televisión y la vida eran otras y dibujó un argumento central que hasta entonces no había sido objeto de atención, a pesar de que es, de largo, el acontecimiento más importante de la segunda mitad del siglo XX en España: la migración masiva del campo a la ciudad, «el Gran Trauma», como lo llama Sergio del Molino. Y de eso va, de una familia que hizo ese camino, como millones, en un país determinado por esa circunstancia y por la anomalía de vivir en una dictadura en Europa. Y ahí se han reconocido tantos, en la historia de los Alcántara, en sus costumbres, sus maneras y sus manías, en su pelea por tirar adelante, en su cotidianidad y en sus pequeñas cosas. Y han visto en Antonio Alcántara (Barbadillo, de segundo apellido, como el que esto escribe) a su propio padre, en cada gesto, en cada expresión. Se han reflejado en ese espejo, a veces gustándose y otras menos.
En tanto tiempo ha tenido altibajos, como los tiene cualquiera a lo largo de la vida, pero acabó el miércoles bien arriba, entregando la emoción que su público esperaba. En el camino, ha acogido a la aristocracia de la actuación española desde Fernando Fernán Gómez, Agustín González, Pepe Sancho o Tony Leblanc a Terele Pávez, Blanca Portillo, Juan Echanove o Ariadna Gil, o cameos como el de Santiago Carrillo haciendo de sí mismo en los capítulos que atravesaban la Transición, nada menos. Y, no olvidarlo, ha sonado toda la música, desde Los Pekenikes o Mercedes Sosa a Los Enemigos o Los Ilegales. ¿Dónde se puede escuchar hoy Tiempos nuevos, tiempos salvajes?, en Cuéntame fue sintonía de una promo.
Pero si hubiera que escoger solo un momento, yo me quedo con ese en el que familia y amigos están juntos vendimiando en el pueblo, una imagen reconocible para muchos. Hay una luz fantástica de final de la tarde de septiembre y las hojas de las viñas están encendidas con los ocres y rojos del otoño. La escena se desarrolla a modo de musical, y empiezan a cantar como se hacía a veces mientras se trabajaba en el campo. Lo que cantan es un poema de Miguel Hernández.
Alguien tenía que contar esa historia, la nuestra, y se ha contado. Ahí queda. Salud y alegría.