Seguro que se habrán dado ustedes cuenta. Últimamente es complicado moverse por Burgos sin encontrarse una obra. O dos. Cualquiera diría que estamos en vísperas de unas elecciones, aunque fueran europeas. El caso es que con esto de poner un carril bici en la calle Vitoria, cada cierto tiempo esas obras se van acercando al centro, lentas, pero seguras. Como el monstruo de Frankenstein cuando perseguía a alguien, que iba caminando, lento, lento, pero siempre atrapaba a quien iba persiguiendo. Inexplicable pero cierto.
Inexplicable, pero no sé si cierto, es algo que he leído, o he visto, en algún sitio que ahora no recuerdo. Y como no puedo certificar si esto es verdad o no, lo dejo en la categoría de rumor, pero no me resisto a comentarlo. Hay quien dice que el proyecto estrella de la legislatura del equipo de Gobierno de nuestra ciudad es la peatonalización de la calle Santander. Pero que, viendo el estropicio que esto puede organizar en el tráfico ya de por sí congestionado en lo más central de nuestro centro, barajan un proyecto faraónico de estos que parecen de película. La idea sería soterrar el tráfico desde la estatua del Cid hasta el final de la calle Santander en cuestión, con la posibilidad de hacer un túnel con doble sentido bajo la plataforma peatonal que allí quedaría. Ah, y que la obra en cuestión duraría dieciocho meses, tiempo en el que sí estaría cerrada esa calle al tráfico.
Insisto en que es un rumor. No creo que pueda ser verdad. Ni siquiera creo que se pueda o sea algo seguro para los edificios adyacentes hacerlo. Pero claro, como yo no soy ni ingeniero ni arquitecto, pues oiga, qué sabré yo y quién sabe. Rumores, quizá sin fundamento. Como lo de poner una noria panorámica junto al Arlanzón para verle la coronilla a la Catedral. O lo de hacer navegable su cauce para dar paseos en barca. O lo de no permitir a la gente que vea los proyectos del concurso de Burgos Río. O lo de dejar gobernar a la lista más votada.
No sé si me gusta la idea del túnel bajo la calle Santander, pero, si no, por mí que pongan un monorraíl. Un monorraíl. Ahí está el futuro.
@VladimirConV