El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) analizará este miércoles, por segunda vez, la documentación que el organismo regulador deberá pedir al titular de la central nuclear de Santa María de Garoña antes de iniciar la evaluación para una posible reapertura de la planta.
Así, lo que estudiarán los miembros del Consejo es la documentación que se debe solicitar al titular de la central atómica y los requisitos que tendrá que cumplir para iniciar la evaluación de la solicitud de licencia de operación.
Nuclenor ha solicitado al Gobierno el pasado mes de mayo la renovación de la licencia de operación de la planta hasta 2031, cuanto el reactor cumplirá 60 años. La empresa considera que un marco temporal de explotación "de estas características es necesario para hacer viable el proyecto y proporcionaría la estabilidad y certidumbre adecuada para acometer las inversiones precisas".
Garoña lleva sin producir electricidad desde que la empresa decidió extraer el combustible gastado en diciembre de 2012, días antes de que entrara en vigor un nuevo impuesto que le supondría un coste de unos 153 millones de euros. Esta decisión le ha supuesto la reciente multa de 18,4 millones de euros por parte de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), que ha considerado que este hecho es una infracción "muy grave" y que no tenía autorización para efectuarla.
Este miércoles el Pleno podría tomar una decisión en la que se determinen los compromisos o requisitos que debe adquirir o cumplir Nuclenor antes de que el regulador inicie la evaluación que concluirá en un informe que es vinculante para el Gobierno en caso de ser desfavorable a la reapertura -lo que se traduciría en el cierre definitivo de la planta- y que es preceptivo para el Gobierno en caso de ser positivo. Esta evaluación podría prolongarse durante un año, pero no se iniciará antes de obtener respuesta por parte de Nuclenor a estos requisitos.
El pasado 16 de julio, el Pleno del Consejo estudió esta documentación de Garoña sobre el cumplimiento por parte de Nuclenor de los requerimientos impuestos por el regulador en 2009 y en 2013, pero no llegó a un consenso al considerar que necesitaba información técnica adicional.
A finales de mayo de 2013 el pleno del CSN informó favorablemente la posibilidad de que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo modificase la orden ministerial de 29 de junio para permitir una prórroga de un año a la central, aunque en ese tiempo, la planta debería permanecer en parada segura y sin combustible en el reactor.
El Pleno del CSN condicionaba la autorización a que Garoña mantuviera durante ese tiempo "en cualquier caso" la situación de "parada segura y sin combustible en el reactor". Además, para reforzar la seguridad de la planta atómica, el regulador impuso la condición de que Nuclenor no pueda introducir combustible en el reactor sin la autorización previa del CSN, en el caso de que se modificara la orden ministerial.
Asimismo, para que Garoña pudiera realizar una hipotética carga del combustible, además de solicitar ese permiso tendría que realizar las modificaciones de diseño requeridas y establecidas en los anteriores informes del CSN, así como en las instrucciones técnicas complementarias.
Estas instrucciones están relacionadas con los programas de mejora de la seguridad que figuran la vigente Orden Ministerial por la que se autoriza la explotación (relativos al diseño, instalación y puesta en servicio de un nuevo sistema de tratamiento de gases de reserva, las modificaciones sobre el aislamiento de la contención y sus pruebas de fugas, las modificaciones sobre la independencia de los sistemas eléctricos y las modificaciones sobre protección contra incendios).
Igualmente, el titular debería mantener el programa de inversiones y modificaciones de diseño asociadas a las mejoras a implantar, derivadas de las lecciones aprendidas del accidente de la central nuclear Fukushima Dai-ichi, recogidas en el informe de las pruebas de resistencia e instrucciones técnicas complementarias del CSN.
Por otro lado, se condicionaba a que se efectuase la inspección de la vasija, para descartar la aplicabilidad del suceso, que se produjo en junio de 2012, cuando se detectaron defectos en la vasija de la central nuclear belga de Döel 3 (similar a Garoña).
Aún más, se debería llevar a cabo un programa de inspección de los manguitos de las penetraciones de los mecanismos de accionamiento de las barras de control, de las soldaduras de la vasija, y en general de todos los componentes internos sometidos a la inspección de servicio.