En general, los castellanos no nos caracterizamos por ser muy reivindicativos. Tampoco el asociacionismo es uno de nuestros puntos fuertes. Lo que suele ocurrir es que acabamos viviendo donde más facilidades nos presenta la vida. Así, es muy habitual encontrarse con oriundos de Burgos por doquier. ¿Alguno de nuestros políticos se ha planteado, de verdad, por qué toda la región, incluidas las nueve capitales de provincia, se está despoblando? Voy a mostrar un ejemplo que no sólo hoy sino desde hace algunos años nos preocupa a los burgaleses, como es la implantación de títulos de la rama de bachillerato biosanitaria en nuestra Universidad, en concreto Medicina.
Desde la pandemia, se puso de manifiesto la necesidad de formar a más médicos en nuestro país. Todos los partidos políticos y poderes públicos coincidieron en esta necesidad perentoria, por la proximidad a la jubilación de una parte considerable de la profesión. En otras autonomías se han ido implantando progresivamente facultades de medicina, hasta alcanzar en Andalucía siete públicas, una por universidad, con 1.123 plazas. La Comunidad Valenciana tiene cuatro facultades públicas y tres privadas, con 845 plazas, o Cataluña, con ocho facultades, seis públicas y dos privadas, y un total de 1.205 plazas.
En Castilla y León, como bien es sabido, tenemos dos facultades, por supuesto públicas, con 370 plazas después de la ampliación que se llevó a cabo el pasado año. Creo que todos somos conscientes de que tener estudiantes de fuera de la Comunidad es un motor económico para la ciudad que los recibe y mantendrán con ella una relación estrecha para toda su vida. No se entiende que se pretenda contraponer el interés de Valladolid o Salamanca frente al de Burgos o León en este tema. ¿Alguien cree que es malo para Valencia que Alicante tenga dos facultades de medicina públicas?
Este es el esperpento que vivimos a diario en nuestra Comunidad, donde siempre se presume que el desarrollo de un territorio, una provincia, un pueblo o una ciudad va en detrimento del resto.