Considerando lo urgente que resulta para la Ribera del Duero que circule el tren por la vía férrea que conecta Madrid con Burgos es necesario insistir para que, cuanto antes, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible restablezca la prestación del servicio publico que pagamos con nuestros impuestos y al que tenemos derecho. Las normas jurídicas que establecen y regulan el Ministerio disponen que debe proporcionar una movilidad sana, sostenible y segura, que responda de manera eficiente a las necesidades de movilidad de personas y mercancías, basada en criterios de justicia social, rentabilidad e impacto social y territorial.
El señor ministro del ramo, que hace declaraciones a troche y moche, en ocasiones sin medir el alcance y las consecuencias, manifestó en su día que recuperar el tren Directo «no es viable», obviando que en castellano viable es algo que, por sus circunstancias, tiene probabilidades de poder llevarse a cabo. Quizás quiso decir que «no es rentable», otro error visto el significado de renta. Recuperar el tren perdido es más útil y beneficioso que, por un accidente, tirar el dinero que se pagó por la infraestructura. No conozco ningún otro caso en el que por un accidente se haya abandonado una carretera o una vía de tren.
Desde que se interrumpió el servicio, los que tenemos que ir y venir desde Madrid a Burgos y a la capital de la Ribera nos vemos forzosamente obligados al transporte por carretera mal conservada, lo que resulta notablemente injusto por ser más caro, más insano, más insostenible, más inseguro y con evidente impacto negativo en materia social, económica y medioambiental en todos los pueblos de la comarca. Un contrasentido. En el tramo ferroviario Burgos-Aranda resulta que las personas recibimos peor trato que las mercancías. Un despropósito. Señor ministro, por favor, dé ya las instrucciones oportunas para la reapertura, está obligado por ley.