Hoy día, en el que festejamos la Constitución Española de 1978, quizá es uno de los años en los que el ambiente político se encuentra más crispado, intranquilo e intolerante. La Carta Magna nos recuerda que estamos en una democracia, por lo cual cuando en ocasiones nuestros representantes políticos utilizan palabras como dictadura deberían revisar y entender bien lo que están manifestando; ya que esa palabra en una democracia, obviamente, no tiene cabida. Pero sin duda alguna hoy es un día para festejar, independientemente de la ideología de cada uno, que para eso podemos ejercer nuestro derecho a voto. Cierto es que los derechos que se recogen en la Constitución de 1978 en algunos casos están desfasados o no se cumplen en la vida real de los ciudadanos. Aunque no hay que olvidar el momento social, cultural, económico y sobre todo político en el que se realizó la redacción del referente legislativo en España. Quizás una revisión de esta, más actualizada a la realidad, sería un buen punto de partida para evitar que se dé la sensación de ciudadanos de primera, segunda y cuarta clase.

Independientemente de esto, que es un tema político y son los políticos los que deben trabajar para evitar estas diferencias sociales, ya tienen tarea para el próximo 2024. 

Esta semana es una de las más extrañas del año. Nos encontramos con dos días festivos (de diferente índole) y para muchos afortunados con un puente laboral, previo a las Navidades. Las Navidades, esas fechas anheladas y deseadas por muchos y odiadas por otros. Días de familia, de amigos, de soledad, de viajar, de cristiandad, de ambiente festivo, de recogimiento, de recuerdo, de reencuentros, de esperanza, de nuevos objetivos… todos ellos respetables. Disfruten cada uno a su manera. Aprovecho para desearles que lo pasen lo mejor posible y que en el 2024 nos sigamos leyendo.