A Jerusalén llegaron/ los Reyes en trece días/, le preguntaron a Herodes/ que dónde estaba el Mesías/, dice el villancico, ya vienen los Reyes/ por aquel camino,/ ya le traen al Niño/ sopitas con vino, dice otro, y un tercero asegura que ya vienen los Reyes Magos/ caminito de Belén/ cargaditos de juguetes/ para el Niño entretener. Vienen los Reyes, sí,  pero los socialistas burgaleses no quieren sopas, ni vino, ni juguetes para pasar el rato, quieren meter la cuchara en el guiso municipal que cocina la alcaldesa Ayala y han pedido a los Reyes Magos «entendimiento» aunque para propiciarlo, el concejal De la Rosa ha dicho que Ayala ha demostrado que «no está a la altura de la responsabilidad que ostenta». Olé ahí, facilitando las cosas, allanando el terreno de la concordia, haciendo amigos. Estos políticos son así, de verbo rápido y desgreñado y no se conforman con las sopitas con vino de los Reyes Magos, que les permitirían un humilde y calentito pasar. Pero parece que este año los de Oriente no van a traer sopas, ni vino, sino caldo de gallina vieja para sobrellevar la gripe, que dicen que está ya merodeando por las esquinas escarchadas de enero. Los Reyes nos van a dejar el abrazo llameante de la fiebre, el relámpago helado de los escalofríos, la postración y la flojera. Será que nos hemos portado mal, será, porque dicen que hemos pasado de la vacuna y los Magos, que ya no reparten carbón porque está muy caro, en castigo nos traen el trancazo y allá cada cual, que sin inmunización  no hay quien pueda recibir la gripe a portagayola y cuando llega, nos deja para las mulillas. Esta noche se vestirán de Reyes Magos unos señores que mañana despacharán gasolina, podarán árboles o estarán tras una ventanilla, y dan esperanza de que llegarán a destino el patinete, el trancazo y el sueldo de concejal. Ya vienen los Reyes por aquel camino en una epifanía de oro, incienso y mirra, ya vienen cargaditos de juguetes, de sopitas con vino y de virus, muchos virus de gripe, que el carbón está por las nubes y nos hemos portado mal, que no aprendemos, caramba, que no aprendemos.

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