José María Díaz Mínguez

El Jardín de Mendel

José María Díaz Mínguez


Los microARN reguladores

24/10/2024

El premio Nobel de Fisiología y Medicina de 2024 ha reconocido la extraordinaria importancia en la regulación de la expresión génica de unas pequeñas moléculas de ácido ribonucleico, los microARNs. El descubrimiento de los microARNs fue realizado por Victor Ambros y Gary Ruvkun (ambos norteamericanos) en el curso de sus investigaciones con un pequeño animal de apenas 1 mm de tamaño, el nemátodo Caenorhabditis elegans y fue publicado en 1993. 

Uno de los aspectos más intrigantes del desarrollo y la diferenciación en los organismos multicelulares es la comprensión de los mecanismos por los cuales células que 'nacen' genéticamente iguales acaban desempeñando funciones muy dispares. Dado que toda la información para el desarrollo está contenida en los genes, el problema estriba en desentrañar cómo los genes hablan entre ellos para coordinar las unidades de información que deben ser ejecutadas en cada momento. Hasta el descubrimiento de los microARNs toda la evidencia indicaba que esta regulación se llevaba a cabo gracias a unas proteínas denominadas factores de transcripción, las cuales se unen a los genes para activar o bloquear su expresión, modulando la producción (transcripción) de los ARN mensajeros que posteriormente se traducirán a proteínas. Por el contrario, los microARNs (también codificados por genes) no regulan la producción de ARN mensajeros de otros genes sino que se unen a los propios ARN mensajeros diana para bloquear la producción de las correspondientes proteínas.

El descubrimiento tuvo, inicialmente, muy poca repercusión. Probablemente se trataba de una curiosidad propia del nemátodo. Sin embargo, posteriormente se descubrieron microARNs en muchos animales (incluidos los humanos), en plantas y en microorganismos, confirmando que se trata de un mecanismo universal de regulación génica. Los defectos en la regulación por microARNs están implicados en enfermedades como el cáncer y ciertas alteraciones congénitas. Estos minúsculos ARNs no sólo tienen aplicaciones médicas, también agrícolas. Constituyen una nueva generación de biopesticidas que, a diferencia de los pesticidas químicos, presentan una elevada selectividad respecto de los patógenos a controlar y carecen de riesgos ambientales.