Resulta esperanzador que los dos candidatos con más posibilidades de dirigir los destinos de esta ciudad -con permiso del resto- demuestren con hechos y propuestas que una de sus obsesiones es devolver al viandante el espacio que nunca debió perder en la ciudad. Cristina Ayala ha anunciado esta pasada semana que peatonalizará la calle Santander y la calle Vitoria, desde San Lesmes, dos actuaciones de mucho calado que a buen seguro que se topan con numerosos detractores, esos inmovilistas defensores a ultranza del automóvil, algunos de los cuales se hallan entre los técnicos municipales que mandan mucho en el Ayuntamiento de Burgos. Y Daniel de la Rosa ha iniciado en este mandato varias intervenciones conducentes al mismo propósito, tanto en Gamonal -Lavaderos, Grandmontagne y calle Roma- como en el centro, con San Julián y Santa Clara. Desde esta tribuna, un aplauso a ambos.
Las urbes modernas protegen sus centros históricos y sus principales enclaves comerciales del ruido y la contaminación de los vehículos a motor. Burgos no puede ir contra una tendencia que hace de las ciudades espacios más habitables con los falsos argumentos de que peatonalizar calles aleja a los potenciales clientes de tiendas y bares y de que provocan enredos circulatorios de imposible resolución. Qué va. Y en esta ciudad hay muestras de que estos razonamientos están fundados en premisas incorrectas.
Su madre, mi hija, el vecino del quinto compran más a gusto y disfrutan más de un refresco o un vino en una calle tranquila, con una acera enorme donde quepa una terraza. Y hay ejemplos recientes de que en un Burgos como el actual -con rondas exteriores, interiores y un bulevar- el tráfico, por sí solo, encuentra las mejores rutas para llegar a destino.
Cuando se reformó la calle San Lesmes no hubo que lamentar atasco alguno. Cuando el Paseo de Atapuerca cortó la circulación en plena avenida de Valladolid, los vehículos tomaron otros caminos para terminar en los mismos sitios, sin ningún drama. Y si no resulta, si se producen problemas, para eso están los técnicos, para dar soluciones.
Tampoco pasa nada por ponérselo difícil a los coches. Más zapato, más bici y más transporte público.