En esta misma semana -la que termina- ha recibido el honoris causa el padre de la bioética, Diego Gracia; la UBU ha invitado a la insigne viróloga Margatita del Val a Burgos a recomendar a los ciudadanos que se vacunen de la gripe; este periódico ha hecho un gran esfuerzo con la campaña para la prevención del cáncer de mama, y el Colegio de Médicos ha inaugurado una exposición por su 125 aniversario. El interés por la sanidad y por todo lo que mueve a su alrededor late en esta capital, más si cabe después del anuncio de la Junta de implantar la titulación de Medicina a partir del curso 2026-2027. Pero ese entusiasmo que invade a instituciones y ciudadanos ha de verse plasmado en hechos reales, con el serio hándicap de que el tiempo se echa encima de manera inexorable. Con tantas noticias -el 'caso Prepay', la puesta en marcha del mercado norte provisional, etc- y con tantas cifras en el anteproyecto de Presupuestos de la Junta quizá haya pasado desapercibido para más de uno el hecho de que este bosquejo de cuentas regionales no contemplen para 2025 ninguna partida para poner en marcha estos estudios en la UBU.
Existe una explicación muy razonable. Sin proyecto no puede haber presupuesto. El inapelable argumento llega desde la Consejería de Educación, que en respuesta a este periódico utilizó una terminología que muy sutilmente -o quizá no tanto- mete presión a la Universidad para que a la mayor brevedad se ponga a diseñar el plan de necesidades para habilitar espacios que acojan las aulas donde se impartan estos estudios. Afirmaba el departamento que dirige Rocío Lucas que «cuando haya un proyecto viable (esto quiere decir que la UBU habrá de afinar mucho para que la Junta dé su visto bueno) se habilitará presupuesto para las eventuales obras, pues hay partidas no provincializadas».
Pues eso. Que está muy bien que se haya desatado la euforia en estos días, pero hay que poner los pies en la tierra. La Universidad ha de concluir cuanto antes el proyecto, para lo cual deberá coordinarse en todo momento con los técnicos de la Consejería, que son quienes van a visarlo finalmente. De ello depende que el dinero de la Junta llegue a tiempo par cumplir plazos.