El finiquitado año 2024 nos ha dejado unos cuantos descubrimientos de gran relevancia biológica y médica. Por ejemplo, el tratamiento del sida con el antiviral Lenacapavir, capaz de prevenir la infección de células humanas por el HIV, o el desarrollo de tests sanguíneos para detectar alzhéimer. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología básica, y más concretamente de la genética y la evolución, el trabajo más relevante, a mi juicio, lo constituye la descripción de LUCA, el acrónimo inglés para el último ancestro común universal. Es decir, el organismo del que procedemos todos los seres vivos del planeta Tierra. El equivalente biológico del Big Bang físico.
LUCA no es una propuesta nueva. Hay un conjunto de características universales de la vida en la Tierra (como la universalidad del código genético o la maquinaria de síntesis de proteínas) que permiten inferir que todos nosotros procedemos de un único tipo de organismo ancestral universal. Ahora bien, determinar cómo era este organismo, en que ambiente vivió y cuanto tiempo ha transcurrido desde que surgió ha sido objeto de diversos estudios con resultados discordantes.
El trabajo publicado en julio de 2024 infiere que LUCA vivió hace unos 4,2 millones de años. Tenía un genoma con un tamaño y capacidad de codificación de proteínas similar al de las actuales bacterias.
¿Cómo y de qué vivía LUCA? Muy probablemente se trataba de un organismo anaerobio (no requería oxígeno para vivir), capaz de obtener compuestos orgánicos de carbono (en particular acetato) mediante fijación de dióxido de carbono inorgánico con el concurso de hidrógeno, ambos compuestos abundantes en la Tierra primigenia. Poseía, además, un incipiente sistema inmunológico.
Una característica importante del estudio es la consecución de los resultados gracias a procedimientos casi exclusivamente genéticos, basados en el análisis de filogenias moleculares, es decir, el grado de parentesco entre organismos obtenido mediante comparación de genes. Esto refuerza la condición de 'fósil viviente' del ADN de los organismos actuales, cuyo estudio no sólo permite obtener información acerca de cómo somos, sino también de cómo fuimos y la historia evolutiva de los seres vivos de la Tierra. En definitiva, quiénes somos y de dónde venimos.