Si de algo nos podemos sentir orgullosos los españoles es de ocupar el primer puesto a nivel mundial en donaciones de órganos, liderazgo mantenido durante más de 30 años.
La donación es un gran gesto de generosidad, solidaridad y altruismo, de valor incalculable, que transforma la vida de quien lo recibe y genera una inmensa satisfacción a quien lo entrega.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) que coordina el proceso de donación y trasplante en España aporta vida a miles de personas, a través de la minuciosa organización de todos los profesionales participantes. En el año 2023 se alcanzó la tasa de 48,9 donantes y de 122,1 trasplantes por millón de población, que se tradujo en 5.863 trasplantes de órganos.
Aunque se ha asociado tradicionalmente el proceso de donación de órganos a un paciente joven que muere a consecuencia de un accidente, la realidad actual refleja otro perfil, siendo la principal causa de muerte de los donantes los accidentes cerebrovasculares, y superando los 60 años de edad. Es significativo, y traduce el valor de lo que implica la calidad de vida, el número de enfermos que solicitan la prestación de ayuda para morir, y expresan su voluntad de ser donantes, en un deseo final de continuar dando vida, y que compromete a la persona y a su entorno para que este proceso se pueda gestionar de forma adecuada cumpliendo ambos objetivos, el de morir en paz y el de ofrecerse para la donación.
La donación no es exclusivamente un acto postmortem, sino que se realiza con donante vivo cuando es posible, como en los casos del trasplante renal o hepático, o de médula ósea, una de las donaciones que ha alcanzado cifras más elevadas según el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO).
Y tampoco la donación es exclusiva de órganos, ni única, sino que puede realizarse de forma cíclica. Según el área de Medicina Transfusional del Ministerio de Sanidad, donaron sangre y/o componentes sanguíneos 1.122.239 ciudadanos en el año 2023, donaciones reiteradas que en ocasiones se reciben ante alertas trasmitidas por los bancos de sangre que vacían sus depósitos. A través de estas donaciones se extraen hematíes, que serán transfundidos en situaciones críticas que pueden poner en riesgo la vida ante pérdidas sanguíneas agudas y graves. Se obtienen plaquetas, cuyo descenso en sangre puede suponer también un riesgo vital, así como plasma sanguíneo, que vehiculiza importantes cantidades de proteínas fundamentales tanto para el tratamiento de algunas enfermedades hematológicas como para la fabricación de ciertos fármacos.
Es posible que la donación no se haya planteado nunca en tu vida, por desconocimiento sobre su gestión, por miedo al impacto sobre la propia salud en las donaciones en vida o por cualquier otra circunstancia, pero es un gesto sobre el que se puede reflexionar en cualquier momento.
Donar no es sólo dar vida, donar es una generosa forma de vivir y morir que engrandece al que regala y que esperanza al que lo recibe.