En el día a día nos hemos acostumbrado al ruido mediático que provoca fundamentalmente el desinterés. El nuevo sistema de comunicación instantánea ha dejado muchas víctimas por el camino, pero la principal es la verdad. En el momento en el que vivimos no importa ser honesto sino 'ganar el relato'. Es difícil defender que nuestros dirigentes pretendan convencernos de que conocen aquello que no les interesa por los medios de comunicación en una clara dejación de funciones.
Hoy vamos a repasar algunos de los datos que ponen de manifiesto la evolución de la productividad de nuestro país. Si comparamos las cuatro grandes economías europeas, Alemania, Francia, Italia y España, vemos que la evolución de su Producto Interior Bruto ha experimentado un incremento importante desde 2019, año previo a la pandemia. Alemania ha incrementado su riqueza en un 18,41% alcanzando en 2023 los 4.185.550M de euros, Francia logró un incremento del 16,05%, hasta los 2.822.455M, e Italia ha fijado su aumento en un 17,96% con 2.128.001M. Frente a ellos,
España ha alcanzado un crecimiento del 19,51%, llegando a 1.498.324M. En apariencia, el incremento de España es muy superior al de sus homólogos europeos por volumen, pero si analizamos los motivos de este incremento podemos observar uno muy importante. Alemania obtuvo su crecimiento con un aumento de población de 278.289 habitantes, un 0,33%. Francia alcanzó su incremento de riqueza con un aumento de población de 928.346 personas, un 1,38%. Italia en ese mismo periodo disminuyó su población en 651.739 habitantes, pero aumento su riqueza un 17,96% y España, en ese mismo periodo, aumentó su población en 1.860.815 habitantes, lo que supuso un 3,96€ sobre su población. Por lo tanto, un porcentaje importante del crecimiento de nuestro PIB se ha producido por un incremento de la población y no por una mejora de la productividad como ha ocurrido en mayor medida con nuestros competidores mas cercanos.
En el mismo periodo la renta per cápita de Alemania ha aumentado en 8.130 euros, en Francia en 6.250, en Italia en 6.380 mientras que en España tan sólo en 5.020. Vamos como un cohete, pero más lentos que nuestros vecinos.