Desde hace días las páginas del Diario llevan recogiendo informaciones, artículos de opinión y cartas de los lectores protestando por el anuncio que ha hecho el gobierno municipal de PP-Vox -por imposición de este último partido- de suprimir en 2025 los convenios que tiene suscritos con tres ONG (Burgos Acoge, Accem y Atalaya Intercultural) que trabajan en la ciudad en labores de asistencia a inmigrantes. También se ha resaltado y aplaudido la decisión de Cáritas (excluida de los vetos del bipartito) de renunciar al nuevo convenio si no hay marcha atrás en el acuerdo presupuestario. Radios, televisiones y varios medios nacionales también se han hecho eco de esta mancha de insolidaridad que ha caído en nuestra ciudad, que hasta ahora venía presumiendo de acogedora e incluso de 'muy benéfica'.
Ya han sido suficientemente expuestos los argumentos de todo tipo que demuestran lo erróneo de una medida que no solo perjudicará a muchos vecinos extranjeros. También a los trabajadores de la Gerencia de Servicios Sociales del Ayuntamiento que tendrán que asumir las tareas de protección y asesoramiento que realizan estas ONG.
No está de más recordar que hace 30 años el Ayuntamiento de Burgos, entonces presidido por Valentín Niño, figuró entre los pioneros en España que acordó destinar el 0,7 % de su presupuesto general, unos 80 millones de pesetas de la época, en programas de cooperación con el Tercer Mundo a través de organizaciones no gubernamentales. La cantidad pudo ajustarse con la congelación del sueldo del alcalde y concejales y la reducción de la partida de protocolo. Una decisión que fue muy aplaudida por una plataforma ciudadana que reclamó sin éxito acuerdos similares al resto de administraciones. Por entonces ya trabajaban en la ciudad organizaciones como Burgos Acoge con las que a lo largo de los años el Ayuntamiento ha venido suscribiendo distintos convenios de colaboración.
Ahora, con la tragedia de la DANA, burgaleses a título particular, empresas, numerosos colectivos y entidades y, por supuesto, el propio Ayuntamiento, están dando un gran ejemplo de solidaridad y apoyo a nuestros vecinos de Valencia. Desplazó a bomberos, policías locales y operarios de Aguas. Desde los centros cívicos y con la colaboración de cientos de voluntarios puso en marcha una campaña de recogida de alimentos y otros materiales para los afectados que en pocos días llenaron camiones y furgonetas. Una «explosión de solidaridad» en palabras de la concejala de Sanidad. Todavía se pueden eliminar las manchas.