Hace ya mucho tiempo que una tiene la sensación de que los políticos, esos a los que elegimos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, según dice el artículo 69 de la Constitución, cada vez pasan más de los intereses, las necesidades y los mandatos de los ciudadanos a quienes también la Carta Magna deja claro que representan y de que están más concentrados en defender sus escaños, concejalías, asuntos internos o creencias particulares que en velar por el interés público, concepto que también aparece por todas partes en el texto constitucional y en el resto de las leyes.
Tenemos ejemplos cada día, solo hay que mirar a la más que cuestionable gestión del desastre en Valencia, especial y clamorosamente por parte del gobierno regional, aunque en este caso y exceptuando a algunos regidores locales pocos han estado a la altura. No hay que irse tan lejos, en el propio ayuntamiento de Burgos los acontecimientos originados por el intento de dejar sin ayudas a las ONG que atienden a inmigrantes ha permitido ver la verdadera cara de algunos de nuestros representantes locales, por si alguien tenía dudas. La reacción de los vecinos y otras fuerzas vivas, los representados, fue protestar y llenar por miles la plaza Mayor, algo nada fácil de conseguir en esta ciudad, para mostrar el desacuerdo con semejante decisión. Hay quien ha sabido escuchar y rectificar, en este caso los representantes populares del equipo de gobierno, y otros que han optado por hacer oídos sordos y romper la baraja; porque ellos están donde están para salirse con la suya aunque no tenga nada que ver con los intereses y las opiniones de una parte notable de sus representados. No tenían nada que aportar a los presupuestos, ninguna mejora, ningún proyecto, su única obsesión era adoptar una medida que roza la vulneración de los derechos humanos y que solo consigue fomentar el odio y alterar la normal convivencia, como bien han demostrado las pintadas ofensivas en las sedes de estas asociaciones que, hasta la fecha, no habían tenido ningún problema.
Ahora, el PP se queda solo y tendrá que dialogar y pactar para sacar adelante proyectos y medidas que consigan que la ciudad avance y mejore lo cual no es negativo en sí mismo, nos permitirá seguir viendo el talante y los intereses que verdaderamente defienden unos y otros.