Martín García Barbadillo

Jueves sí, jueves no

Martín García Barbadillo


Lo barato es caro, eso ya se sabe

11/03/2024

Este periódico publicaba la pasada semana una pequeña nota en la parte inferior de una página que, en su humildad, encerraba una información valiosísima: no hemos aprendido nada.

El asunto es que la Diputación tiene intención de construir un polideportivo en Fuentes Blancas (¡en Burgos capital!) cosa que tendrá su razón de ser pero que, a priori, uno no incluiría entre las 10.000 inversiones prioritarias de una diputación en una provincia de la España ultravacía/envejecida/en vías de extinción. El caso es que, como explicaba el texto, la Diputación ha dado ya al botón de la burocracia y ha adjudicado la redacción del proyecto, esto es, ha designado quién hará los planos. Se licitó por 119.790 euros, lo que quiere decir que la institución pensaba que el trabajo costaba eso y es lo que estaba dispuesta a pagar. Se presentaron cuatro empresas y se llevó el gato al agua una que lo hacía por 56.870, menos de la mitad del precio de salida. Según se explicaba, «el estudio vallisoletano (ganador) tuvo que justificar su oferta anormalmente baja, puesto que había una gran diferencia con las otras 3 admitidas». 

Esto es un poco lo de siempre; esta película ya la hemos visto en otras obras públicas y la hemos oído de labios de nuestras madres: lo barato es caro... Y se paga.

Si uno sabe que un coche cuesta 25.000 euros y en todas partes cuesta 25.000 menos en una donde lo venden por la mitad, pueden estar pasando varias cosas: que sea un chollo que me ha dicho mi cuñado que la gente no conoce porque no tiene ni idea de nada (ya usted sabe); que resulte que sí, que encuentre uno la oportunidad de su vida (¿cuántas veces puede pasar esto?); o que, igual, por la mitad de precio a uno le den la mitad de producto o menos (como afirmaban nuestras progenitoras). No hay muchas más posibilidades. 

Si se opta por la opción barata puede suceder, como en el centro de salud el Silo, que al cuarto de hora la empresa adjudicataria perciba (¡oh!) que hay más dificultades de las previstas y pida más de lo que solicitaba incluso la oferta más cara del concurso. Un truco bajo y cutre mil veces visto. O puede pasar simplemente que se reciba lo que se paga, sin más, y se le quede a uno cara de la mitad también.

Deseando en este lance toda la suerte a la Diputación, que al fin y al cabo maneja nuestros cuartos, yo, sin dudarlo, antes de firmar nada me hubiese repetido mentalmente por un segundo la frase mágica: «lo barato es caro». Lo cambia todo. 

Salud y alegría.