Suena a reclamo comercial cercano, pero no. BurgosMarka está muy lejos, es un centro social situado en la ciudad de La Paz, la capital boliviana. ¿Y por qué tiene ese nombre? Pues porque hace 20 años llegó a esas tierras andinas un sacerdote misionero burgalés que empezó a trabajar para atender a los niños más desfavorecidos. Se estableció en el barrio de El Alto, el más pobre y populoso de la ciudad con casi un millón de habitantes, en una planicie que se extiende alrededor del aeropuerto a más de 4.000 metros de altitud. Un inmenso suburbio y un escenario social que se pueden imaginar, con familias desestructuradas en las que los más pequeños quedan muchas veces abandonados a su suerte. Para evitar que esos chavales terminen siendo 'niños de la calle' creó con mucho esfuerzo un Centro Integral de apoyo educativo, que es desde entonces una referencia necesaria en el barrio. Y para bautizar ese incipiente oasis de solidaridad, combinó el nombre de su ciudad natal con el término marka, que en la lengua indígena aymara significa ciudad o tierra. Así que desde entonces hay una 'tierra de Burgos' a la sombra de los Andes. A mí me parece una bonita historia.
Ese sacerdote que lleva el nombre de Burgos por las américas se llama Juan Carlos Devesa, y si les cuento todo esto es porque de chavales compartimos pupitre en Jesuitas y desde entonces mantenemos cierto contacto. Me admira cómo una persona puede entregarse de esa manera incondicional a los demás. Cosas de la fe. Y da casi un poco de envidia ver la felicidad y la satisfacción que desprende cuando te cuenta su día a día, tan diferente de la acomodada vida en nuestra ciudad.
La semana pasada pude tomar un café con Juan Carlos, que regresa a Burgos cada dos años. Mientras me contaba cómo van las cosas por Bolivia, y las dificultades económicas que tienen para seguir adelante con su labor, yo pensaba lo oportuno que sería que nuestro Ayuntamiento apoyara este proyecto tan burgalés desde su programa de ayudas destinadas a cooperación al desarrollo. Pero claro, si reducimos a la mitad la partida correspondiente en el presupuesto municipal… pues va a ser que no. Por cierto, una decisión esta difícil de explicar y difícil de entender.
Así que Juan Carlos y todo su equipo tendrán que seguir adelante con el apoyo de personas anónimas, entre las que hay unos cuantos burgaleses. Si alguno más se anima, es muy fácil, ahora tienen página web, así que basta con teclear burgosmarka. Ahí se explica bien todo el trabajo que desarrollan y se puede colaborar. Como ellos dicen, «ayudar a quien lo necesita es parte de la felicidad». Que sean felices.