Martín García Barbadillo

Jueves sí, jueves no

Martín García Barbadillo


Humo (y del malo)

08/05/2023

La cultura no es el tema en que los partidos políticos ponen más empeño cuando, como ahora, hay elecciones. Las cosas como son, por lo general no les interesa ni lo entienden; no es un asunto que mueva masas ni, en consecuencia, desplace el voto en una u otra dirección ni un pelo. Pero la cultura da prestigio y a esos mismos partidos no les queda más remedio que lanzar en campaña alguna propuesta. Y eso es exactamente lo que hizo la candidata del Partido Popular a la alcaldía de Burgos, Cristina Ayala, la pasada semana. Anunció la creación, si gobierna, de algo llamado Ciudad de la Cultura y las Artes de Burgos, que es una especie de... Pues no queda muy claro, la verdad. 

Se sabe que ocuparía terrenos municipales en Villafría, 25 hectáreas, donde ya hay construidos varios edificios en desuso, y se convertiría en un lugar «para la innovación y creación cultural y disfrute de los burgaleses», según afirmaba en un vídeo grabado in situ entre cantos de pájaros y colgado en redes sociales. 

Varias consideraciones al respecto:

1. ¿De qué habla exactamente? La cosa se concreta lo justo. No se sabe si estamos hablando de unas naves para que ensayen los grupos de teatro, de una especie de CaixaForum a lo bestia o de algo así como un parque temático de la cultura para ir con los niños y echar el día. O de todo eso y nada a la vez, esto es, humo (y del malo).

2. ¿En Villafría? ¿En serio? Aquí hay una buena pista de lo que va la cosa. Pensar en instalar ese lo que sea en medio de la nada, da idea de que se trata de, precisamente, nada. No puedes decir apostar por la cultura y llevarlo al páramo. Cualquiera se daría cuenta de que algo así solo puede estar en la ciudad. Barracas y cultura al campo, ahí empatan los dos grandes partidos.

3. Se parece a Matadero de Madrid. Eso dijo Ayala en referencia al espacio cén-tri-co que recuperó el antiguo matadero para la cultura con espacios de todo tipo (salas de exposiciones, bibliotecas, bares, teatros, cines...). Se parece, sí, pero como un huevo a una castaña. El éxito de este lugar es que revivió una zona entera de la ciudad, de dentro de la ciudad, donde la gente vive y hace sus cosas.

No quiero con esto pecar de soberbia, pero la candidata hubiera podido hacer unas propuestas mucho más cool simplemente copiando lo que hemos escrito tantas veces en este rincón y que, a su vez, hemos copieteado de por ahí casi siempre. Aquí hemos propuesto hasta la saciedad reconvertir el Silo de Capiscol y el edificio Campo, verdaderos iconos de la arquitectura local, en culturódromos, espacios para habitarlos y disfrutarlos, para salir de la casa y de las pantallas, para recuperar las calles, el centro y los barrios. Para vivir la ciudad y la cultura. Lo bueno es que la idea sigue disponible, por si alguien quiere utilizarla.

Salud y alegría.